26° durante el año. Verde.
Gloria. Día de oración por Chile. Semana 2° del Salterio.
Misericordia: puente sobre el abismo
La parábola del rico sin nombre y el pobre Lázaro comienza como una fábula. Pero el final no es una moraleja, sino sabiduría de salvación para nosotros. Es parte del anuncio del Reino que vino a instaurar Jesús.
No se debe deducir que en el más allá todo cambia para bien del que lo pasa mal en esta vida, y pensar en la eternidad como un consuelo para nuestras frustraciones. El Señor no condenó la buena vida, las riquezas de este hombre que vivía a cuerpo de rey, ni sus banquetes. Condenó que no supiera ver al prójimo y que no solo no tratara de superar el abismo entre los dos, sino que, además, lo aumentara.
El mismo abismo que los dividía aquí es el que existió después. Nada podía colmarlo, y, en el más allá, era imposible hasta para Abraham, el padre de todos.
El rico podía llenar ese abismo con misericordia y construir un puente entre él y Lázaro. En cambio, no hizo nada y lo eternizó con sus acciones. El infierno no es el fruto inesperado del juicio, sino la lenta maduración de nuestras acciones en esta vida. Todo se decide en vida.
El error del rico es ni haberse dado cuenta de la existencia del pobre que estaba a su puerta, para él, Lázaro no existía.
El mal es la indiferencia con la que dejamos intacto el abismo entre nosotros y nuestros prójimos. Como si el primer milagro de un bautizado fuera advertir que los demás existen y tender puentes de misericordia y perdón. Esa es la única manera de colmar los abismos.
Es notable que en la parábola ni se nombre a Dios… Pero su presencia resulta tan notoria que ni hace falta nombrarlo.
Jesús vino a este mundo y se hizo como uno de nosotros para construir un puente entre Dios y nosotros. Nos enseñó con su vida y su muerte que es así como somos hermanos y llegamos al Padre que nos espera a todos del otro lado.
“Además, entre ustedes y nosotros, se abre un gran abismo” (Lc 16, 26).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: El Señor nos invita hoy a tomar conciencia que en esta vida tenemos la posibilidad de ser solidarios con los demás, de construir el cielo o el infierno desde esta tierra. Que la indiferencia del rico del evangelio de hoy, nos ayude a cambiar nuestra comodidad por un mayor servicio a los más necesitados.
1ª LECTURA Am 6, 1. 4-7
Guía: Amós realiza una dura acusación contra los lujuriosos de su tiempo que, con su vida frívola y disipada, preludian su propia ruina y la del pueblo de Israel.
Lectura de la profecía de Amós.
¡Ay de los que se sienten seguros en Sión! Acostados en lechos de marfil y apoltronados en sus divanes, comen los corderos del rebaño y los terneros sacados del establo. Improvisan al son del arpa, y como David, inventan instrumentos musicales; beben el vino en grandes copas y se ungen con los mejores aceites, pero no se afligen por la ruina de José. Por eso, ahora irán al cautiverio al frente de los deportados, y se terminará la orgía de los libertinos. Palabra de Dios.
SALMO Sal 145, 7-10
R. ¡Alaba al Señor, alma mía!
El Señor hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos. R.
El Señor protege a los extranjeros, sustenta al huérfano y a la viuda y entorpece el camino de los malvados. R.
El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. R.
2ª LECTURA 1Tim 6, 11-16
Guía: Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a tener una conducta digna de su vocación de pastor, a ejemplo de Jesús.
Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a Timoteo.
Hombre de Dios, practica la justicia, la piedad, la fe, el amor, la constancia, la bondad. Pelea el buen combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos. Yo te ordeno delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y delante de Cristo Jesús, que dio buen testimonio ante Poncio Pilato: observa lo que está prescrito, manteniéndote sin mancha e irreprensible hasta la Manifestación de nuestro Señor Jesucristo, Manifestación que hará aparecer a su debido tiempo el bienaventurado y único Soberano, el Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad y habita en una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver. ¡A Él sea el honor y el poder para siempre! Amén. Palabra de Dios.
ALELUIA 2Cor 8, 9
Aleluia. Jesucristo, siendo rico, se hizo pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza. Aleluia.
EVANGELIO Lc 16, 19-31
Guía: Con la parábola del rico epulón y del pobre Lázaro, se describe el fin diverso al cual llegan los ricos que no se compadecen de las necesidades ajenas y los pobres que confían en la misericordia de Dios.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús dijo a los fariseos: Había un hombre rico que se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes. A su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico; y hasta los perros iban a lamer sus llagas. El pobre murió y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. El rico también murió y fue sepultado. En la morada de los muertos, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él. Entonces exclamó: «Padre Abraham, ten piedad de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en el agua y refresque mi lengua, porque estas llamas me atormentan». «Hijo mío, respondió Abraham, recuerda que has recibido tus bienes en vida y Lázaro, en cambio, recibió males; ahora él encuentra aquí su consuelo, y tú, el tormento. Además, entre ustedes y nosotros se abre un gran abismo. De manera que los que quieren pasar de aquí hasta allí no pueden hacerlo, y tampoco se puede pasar de allí hasta aquí». El rico contestó: «Te ruego entonces, padre, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos: que él los prevenga, no sea que ellos también caigan en este lugar de tormento». Abraham respondió: «Tienen a Moisés y a los Profetas; que los escuchen». «No, padre Abraham, insistió el rico. Pero si alguno de los muertos va a verlos, se arrepentirán». Pero Abraham respondió: «Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, aunque resucite alguno de entre los muertos, tampoco se convencerán». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Que el pan y el vino sean el signo de nuestra adhesión, incluso en el sufrimiento, a la voluntad de Dios.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Al acercarnos a comulgar, reflexionamos sobre las palabras de Juan: “En esto hemos reconocido el amor de Dios: Él ha entregado su vida por nosotros, y también nosotros debemos entregarla por nuestros hermanos”.
DESPEDIDA
Guía: Luego de habernos alimentado con su Palabra, vayamos a ser testigos de cuánto hemos escuchado y meditado, siguiendo el ejemplo de Jesús, que siendo rico se hizo pobre para salvarnos.