23º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
A los que lo siguen por los caminos compartiendo con él la vida, por lo tanto, no son enemigos, sino cercanos al Señor, él les pone una única y dura condición para ser sus discípulos: renunciar a todo. Pero es llevadera y hasta dulce si se lo hace por amor, como él pide. Nadie tiene que sentirse obligado o condicionado. En el Reino del Señor, la libertad es la ley suprema.
El Señor se muestra como el amante más celoso: no acepta ser segundo de nadie, ni de los amores más profundos como la familia, ni de los intereses sociales, económicos o políticos que más nos pueden realizar como personas. Por él hay que estar dispuestos a renunciar a todo.
Nos promete cruces, pero con la seguridad de que nunca estaremos solos: él estará siempre adelante, es cuestión de seguirlo, poner nuestros pies donde él los puso, amar como él ama, sentir como él, hablar como él… No es celoso de ninguna imitación.
Para que entendamos bien, nos advierte que debemos ver las cosas con ojos y mente bien despiertos, como los de un constructor que no puede equivocarse, o como el estratega militar que planea su campaña de conquista… Si sabemos calcular tan bien nuestros intereses económicos, sociales, políticos, profesionales… ¿por qué nos falta la misma escrupulosidad para no equivocarnos en los asuntos de nuestra felicidad en la vida terrena y eterna?
La razón la conocemos perfectamente y por experiencia: la atención está donde está nuestro tesoro… Hasta que el Señor no sea nuestro único tesoro, el amor de la vida, nuestra atención estará lejos de él y del Reino.
“El que no renuncie a todo lo que posee no puede ser mi discípulo” (Lc 14, 33).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Nuestra comunidad, si es la de Jesús, es un lugar de fiesta, de perdón y de amor fraterno. Nos disponemos a vivirlo intensamente en esta eucaristía para llevarlo a la vida.
Guía: Exhortación a dejarse guiar por la sabiduría de Dios en los acontecimientos, para descubrir en ellos el plan salvífico de Dios sobre nosotros.
Lectura del libro de la Sabiduría.
¿Qué hombre puede conocer los designios de Dios o hacerse una idea de lo que quiere el Señor? Los pensamientos de los mortales son indecisos y sus reflexiones, precarias, porque un cuerpo corruptible pesa sobre el alma y esta morada de arcilla oprime a la mente con muchas preocupaciones. Nos cuesta conjeturar lo que hay sobre la tierra, y lo que está a nuestro alcance lo descubrimos con esfuerzo; pero ¿quién ha explorado lo que está en el cielo? ¿Y quién habría conocido tu voluntad si Tú mismo no hubieras dado la Sabiduría y enviado desde lo alto tu santo espíritu? Así se enderezaron los caminos de los que están sobre la tierra, así aprendieron los hombres lo que te agrada y, por la Sabiduría, fueron salvados.
Palabra de Dios.
R. ¡Señor, Tú has sido nuestro refugio!
Tú haces que los hombres vuelvan al polvo, con sólo decirles: «Vuelvan, seres humanos». Porque mil años son ante tus ojos como el día de ayer, que ya pasó, como una vigilia de la noche. R.
Tú los arrebatas, y son como un sueño, como la hierba que brota de mañana: por la mañana brota y florece, y por la tarde se seca y se marchita. R.
Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría. ¡Vuélvete, Señor! ¿Hasta cuándo…? Ten compasión de tus servidores. R.
Sácianos en seguida con tu amor, y cantaremos felices toda nuestra vida. Que descienda hasta nosotros la bondad del Señor; que el Señor, nuestro Dios, haga prosperar la obra de nuestras manos. R.
Guía: En esta “tarjeta” a Filemón, Pablo indica que el camino de la caridad fraterna es la solución a los males sociales que afligen a la Humanidad.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a Filemón.
Querido hermano: Yo, Pablo, ya anciano y ahora prisionero a causa de Cristo Jesús, te suplico en favor de mi hijo Onésimo, al que engendré en la prisión. Te lo envío como si fuera una parte de mi mismo ser. Con gusto lo hubiera retenido a mi lado, para que me sirviera en tu nombre mientras estoy prisionero a causa del Evangelio. Pero no he querido realizar nada sin tu consentimiento, para que el beneficio que me haces no sea forzado, sino voluntario. Tal vez, él se apartó de ti por un instante, a fin de que lo recuperes para siempre, no ya como un esclavo, sino como algo mucho mejor, como un hermano querido. Si es tan querido para mí, cuánto más lo será para ti, que estás unido a él por lazos humanos y en el Señor. Por eso, si me consideras un amigo, recíbelo como a mí mismo.
Palabra de Dios.
ALELUIA Sal 118, 135
Aleluia. Que brille sobre mí la luz de tu rostro, y enséñame tus preceptos. Aleluia.
EVANGELIO Lc 14, 25-33
Guía: Para seguir a Jesús, se impone una escala de valores en la cual el Reino es lo primero. Afectos y otras consideraciones pasan a segundo lugar, si queremos ser discípulos verdaderos de Jesús.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Junto con Jesús iba un gran gentío, y Él, dándose vuelta, les dijo: Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo. El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. ¿Quién de ustedes, si quiere edificar una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla? No sea que una vez puestos los cimientos, no pueda acabar y todos los que lo vean se rían de él, diciendo: “Este comenzó a edificar y no pudo terminar”. ¿Y qué rey, cuando sale en campaña contra otro, no se sienta antes a considerar si con diez mil hombres puede enfrentar al que viene contra él con veinte mil? Por el contrario, mientras el otro rey está todavía lejos, envía una embajada para negociar la paz. De la misma manera, cualquiera de ustedes que no renuncie a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.
Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: El pan y el vino, frutos de muchos granos, son un llamado a vivir en la unidad; lo pedimos al Señor y nos comprometemos a ello.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: La comunión con Jesús no puede ni debe reducirse a algo ocasional, debe ser algo que nos haga “participar siempre de su vida”.
DESPEDIDA
Guía: Anunciemos a todos que realmente creemos y nos sentimos la comunidad de Jesús: que se alimenta de su palabra y de su cuerpo y se siente solidaria con todos, especialmente con los lejanos y quiere ser para ellos una invitación a que vuelvan.