2° de Adviento. Morado.
No se dice Gloria. Credo. Prefacio de Adviento.
Una voz en el desierto
Juan Bautista fue una figura fundamental para Jesús: su predecesor en el anuncio y también su discípulo, al menos espiritualmente. Así lo recordaron las primeras generaciones cristianas, que se desconcertaban pensando en el bautismo de Jesús: Dios haciendo penitencia de conversión frente a un hombre.
Lucas encuadra su evangelio en la historia con rigurosos datos históricos civiles y religiosos. El emperador Tiberio gobernó desde el 14 d.C. hasta el 37. El gobernador Pilato, famoso por su corrupción y crueldad, desde el año 26 hasta el 36. Filipo desde el 4 al 34. Los jefes religiosos: Anás y sus cinco hijos, también sumos sacerdotes; Caifás, su yerno, sumo sacerdote del 18 al 36… Estamos en el año 29 de nuestra era.
Una galería de todos los importantes de su tiempo, pero Jesús es anunciado en el desierto a pecadores y excluidos que hacen penitencia y se convierten. Nace en un pobre pueblito y entre desconocidos.
La palabra de Dios llega a Juan en el desierto… y genera en él una nueva vida y va a predicar… La palabra de Dios es siempre creadora, como la presenta el Génesis. Si la escuchamos y no surge nada nuevo, nos hemos escuchado a nosotros mismos o a un hombre.
Predica en el desierto… Allí nadie puede o quiere escucharte. Hoy hay desiertos con millones de habitantes, somos parte del desierto de nuestras ciudades. Allí tenemos que profetizar, es decir, anunciar, la misericordia de Dios.
Perdonar significa liberar, dejar partir libre, soltar.
Bautizar, es decir, sumergir en el agua, para ser nueva criatura, tal cual la creó Dios.
Esta nueva criatura endereza senderos torcidos, rellena fosos creados para hacer caer al prójimo, derriba murallas pensadas para separar… Todo fruto de la Palabra que llega y anida en un corazón dispuesto.
“Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto” (Lc 3, 2).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: En este segundo domingo de Adviento, nos preparamos a su Venida, escuchando la Palabra. Hoy veremos que la Palabra de Dios llega a Juan Bautista en el desierto… y genera en él una nueva vida que lo compromete a testimoniar… La Palabra de Dios es siempre creadora. Si la escuchamos no podemos quedar indiferentes.
1ª LECTURA Bar 5, 1-9
Guía: El profeta anuncia que la alegría llegará a Jerusalén cuando Dios venga a ella para siempre.
Lectura del libro de Baruc.
Quítate tu ropa de duelo y de aflicción, Jerusalén, vístete para siempre con el esplendor de la gloria de Dios, cúbrete con el manto de la justicia de Dios, coloca sobre tu cabeza la diadema de gloria del Eterno. Porque Dios mostrará tu resplandor a todo lo que existe bajo el cielo. Porque recibirás de Dios para siempre este nombre: «Paz en la justicia» y «Gloria en la piedad.» Levántate, Jerusalén, sube a lo alto y dirige tu mirada hacia el Oriente: mira a tus hijos reunidos desde el oriente al occidente por la palabra del Santo, llenos de gozo, porque Dios se acordó de ellos. Ellos salieron de ti a pie, llevados por enemigos, pero Dios te los devuelve, traídos gloriosamente como en un trono real. Porque Dios dispuso que sean aplanadas las altas montañas y las colinas seculares, y que se rellenen los valles hasta nivelar la tierra, para que Israel camine seguro bajo la gloria de Dios. También los bosques y todas las plantas aromáticas darán sombra a Israel por orden de Dios, porque Dios conducirá a Israel en la alegría, a la luz de su gloria, acompañándolo con su misericordia y su justicia. Palabra de Dios.
SALMO Sal 125, 1-6
R. ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros!
Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía que soñábamos: nuestra boca se llenó de risas y nuestros labios, de canciones. R.
Hasta los mismos paganos decían: «¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!» ¡Grandes cosas hizo el Señor por nosotros y estamos rebosantes de alegría! R.
¡Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Négueb! Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones. R.
El sembrador va llorando cuando esparce la semilla, pero vuelve can-tando cuando trae las gavillas. R.
2ª LECTURA Flp 1, 4-11
Guía: Para prepararnos dignamente a recibir al Señor, san Pablo nos exhorta a seguir creciendo y madurando en la obra que Dios ha comenzado en nosotros.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Filipos.
Hermanos: Siempre y en todas mis oraciones pido con alegría por todos ustedes, pensando en la colaboración que prestaron a la difusión del Evangelio, desde el comienzo hasta ahora. Estoy firmemente convencido de que Aquél que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús. Y es justo que tenga estos sentimientos hacia todos ustedes, porque los llevo en mi corazón, ya que ustedes, sea cuando estoy prisionero, sea cuando trabajo en la defensa y en la confirmación del Evangelio, participan de la gracia que he recibido. Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo, llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Palabra de Dios.
ALELUIA
Aleluia. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluia.
EVANGELIO Lc 3, 1-6
Guía: Juan el Bautista nos invita a enderezar los caminos para que nos lleven más rápidamente al Señor que viene.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
El año decimoquinto del reinado del emperador Tiberio, cuando Poncio Pilato gobernaba la Judea, siendo Herodes tetrarca de Galilea, su hermano Filipo tetrarca de Iturea y Traconítide, y Lisanias tetrarca de Abilene, bajo el pontificado de Anás y Caifás, Dios dirigió su palabra a Juan, hijo de Zacarías, que estaba en el desierto. Este comenzó entonces a recorrer toda la región del río Jordán, anunciando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados, como está escrito en el libro del profeta Isaías: «Una voz grita en el desierto: Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Los valles serán rellenados, las montañas y las colinas serán aplanadas. Serán enderezados los senderos sinuosos y nivelados los caminos desparejos. Entonces, todos los hombres verán la Salvación de Dios». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFENDAS
Guía: A la espera del Señor, le presentamos el don de nuestras vidas, sean estos éxitos, fracasos, penas y alegrías. Lo hacemos cantando.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Cristo viene a nosotros como comida, en la Eucaristía. Con alegría vayamos a su encuentro, esperando su venida definitiva.
DESPEDIDA
Guía: El cristiano es un convertido por la Palabra de Dios, llegando así a ser una persona que trasmite la alegría de haberse encontrado con Jesús. Nos despedimos comprometiéndonos a ser portadores de esperanza, en el tiempo presente.