1º de Adviento. Morado.
No se dice Gloria. Credo. Prefacio de Adviento I. Semana 1ª del Salterio. Comienza el ciclo dominical “A”.
Adviento: Tiempo de vigilancia
Comienza el Adviento, un tiempo especial en el año cristiano. Pero nos puede suceder como en tiempos de Noé: estamos ocupados con el fin de año, los balances, los exámenes, los festejos, los encuentros de amigos. Y programar las vacaciones… Todas cosas buenas que nos ocupan la mente y el corazón y nos concentran en esos objetivos para que todo salga bien.
Así sucedía en tiempos de Noé: no hacían nada de malo. Sin embargo, no estaban despiertos para ver qué ocurría a su alrededor. No se percataban del mal que había, era parte de su cultura. Hoy puede suceder lo mismo con la pobreza, la corrupción, la miseria de tantas personas, la degradación ambiental, nuestras ciudades sucias. Algo está mal en el corazón del hombre cuando la madre tierra sufre y muchos hermanos tienen carencias manifiestas.
Podemos estar bien, pero no felices. Distraídos y anestesiados, pero no partícipes de lo que acontece a nuestro alrededor y que nos sacudirá muy pronto. El Adviento es como una campana que nos despierta para estar atentos y vivir intensamente cada momento esperando al Mesías que viene.
Dos hombres están en el campo, uno es llevado, y otro dejado. No es el ángel de la muerte que llega de sorpresa, sino dos modos de vivir en el campo de la vida: el del adulto vigilante y el infantil distraído. Uno está abierto a lo espiritual, y el otro está concentrado en progresar y sumar bienes. Uno no se percata del tiempo que pasa, y lo sorprende el misterio de la muerte; el otro vive preparándose, en armonía, con todos para el encuentro con Dios.
Dios llegará, con sorpresas, no para robarte la vida, sino para darte todo en el encuentro con él. Así lo esperaban los mártires: con alegría. Así debemos vivir nuestro Adviento: no como tristes cumplidores, sino esperando con ansias la llegada del Señor.
“Estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada” (Mt 24,44).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Con la celebración del primer domingo de Adviento nos preparamos a la Navidad y a la última Venida del Señor. Participemos activamente de esta Eucaristía, que es la manifestación privilegiada de su presencia entre nosotros.
1ª LECTURA Is 2, 1-5
Guía: Mirando al futuro, el profeta anuncia la paz que Dios reserva a todos los pueblos.
Lectura del libro de Isaías. Palabra que Isaías, hijo de Amós, recibió en una visión, acerca de Judá y de Jerusalén: “Sucederá al fin de los tiempos, que la montaña de la casa del Señor será afianzada sobre la cumbre de las montañas y se elevará por encima de las colinas. Todas las naciones afluirán hacia ella y acudirán pueblos numerosos, que dirán: ‘¡Vengan, subamos a la montaña del Señor, a la casa del Dios de Jacob! Él nos instruirá en sus caminos y caminaremos por sus sendas”. Porque de Sión saldrá la Ley, y de Jerusalén, la palabra del Señor. Él será juez entre las naciones y árbitro de pueblos numerosos. Con sus espadas forjarán arados y podaderas con sus lanzas. No levantará la espada una nación contra otra ni se adiestrarán más para la guerra. iVen, casa de Jacob, y caminemos a la luz del Señor!”. Palabra de Dios.
SALMO Sal 121, 1-2. 4-9
R. Vamos con alegría a la casa del Señor.
¡Qué alegría cuando me dijeron: “Vamos a la casa del Señor!”. Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. R.
Allí suben las tribus, las tribus del Señor para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. R.
Auguren la paz a Jerusalén: “¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!”. R.
Por amor a mis hermanos y amigos, diré: “La paz esté contigo”. Por amor a la casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad. R.
2ª LECTURA Rom 13, 11-14
Guía: Pablo amonesta a los cristianos para que se animen a dejar atrás su estilo de vida viciada por la corrupción, ahora que la salvación de Dios está siempre más cerca.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Ustedes saben en qué tiempo vivimos y que ya es hora de que se despierten, porque la salvación está ahora más cerca de nosotros que cuando abrazamos la fe. La noche está muy avanzada y se acerca el día. Abandonemos las obras propias de la noche y vistámonos con la armadura de la luz. Como en pleno día, procedamos dignamente: basta de excesos en la comida y en la bebida; basta de lujuria y libertinaje; no más peleas ni envidias. Por el contrario, revístanse del Señor Jesucristo. Palabra de Dios.
ALELUIA Sal 84, 8
Aleluia. ¡Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación! Aleluia.
EVANGELIO M t 24, 37-44
Guía: El evangelista exhorta a estar despiertos, porque el Señor puede llegar en el momento menos esperado.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: “Cuando venga el Hijo del hombre, sucederá como en tiempos de Noé. En los días que precedieron al diluvio, la gente comía, bebía y se casaba, hasta que Noé entró en el arca; y no sospechaban nada, hasta que llegó el diluvio y los arrastró a todos. Lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre. De dos hombres que estén en el campo, uno será llevado y el otro dejado. De dos mujeres que estén moliendo, una será llevada y la otra dejada. Estén prevenidos, porque ustedes no saben qué día vendrá su Señor. Entiéndanlo bien: si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, velaría y no dejaría perforar las paredes de su casa. Ustedes también estén preparados, porque el Hijo del hombre vendrá a la hora menos pensada”. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con los dones del pan y del vino ofrecemos nuestras vidas, trabajos y alegrías, mientras esperamos la Venida del Señor.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Nos acercamos a recibir la Sagrada Comunión, que nos prepara para la Segunda Venida del Señor, deseando poseer un día los bienes definitivos, en el Reino de Dios.
DESPEDIDA
Guía: El Tiempo de Adviento es tiempo de esperanza. Testimoniemos con la vida la presencia del Señor que ha venido y viene constantemente a reconciliar a todos con Dios.