Miles de fieles encaminaron sus pasos para vivir la Fiesta Grande en Sotaquí, como es tradicional en el primer domingo de enero de cada año, en feliz coincidencia con la solemnidad de la Epifanía del Señor.
Sentimientos de profunda gratitud reinaron en el ambiente de todas las celebraciones, la novena preparatoria, las oraciones, especialmente en las varias santas Misas muy concurridas que se celebraron a lo largo de la jornada. La principal del mediodía, presidida por el Obispo de Villarrica, Mons. Francisco Javier Steigmeier, sobrino – nieto del P. José Steigmeier, que en paz descanse, quien presidiera la parroquia y el Santuario entre los años 1936 hasta 1976.
La Eucaristía principal de agradecimiento a Dios por este importante aniversario de 150 años, la presidió el arzobispo René Rebolledo Salinas, a las 16:00 horas, acompañado de Mons. Steigmeier, el párroco y rector del Santuario, Pbro. Juan Alvarado Elgueta, otros sacerdotes y diáconos, con la entusiasta presencia de centenares de peregrinos e integrantes de bailes religiosos.
En su homilía el arzobispo, junto con destacar la gran bendición que significa la sagrada imagen en esta hermosa trayectoria de 150 años, manifestó que son “innumerables las bendiciones del buen Padre Dios a los miles de peregrinos que acuden al Santuario, para adorar a Cristo, acoger el amor que Él brinda a todos -con sus brazos abiertos-, el consuelo y la esperanza”.
En relación a la riqueza de los textos bíblicos, resaltó “la importancia de reflexionar sobre el alcance universal de la salvación que Dios ofrece en su Hijo Jesucristo, a los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Que, sin distinción, “en Él tengan vida, y la tengan en abundancia” (Jn 10,10). Podamos gozar plenamente de la manifestación de Jesús, ofreciéndole el humilde asentimiento de nuestra fe, también de la adoración a Él debida”.
Finalizó la homilía afirmando que en un día como hoy, es bueno también reflexionar acerca de las miles de personas inmigrantes, arribadas a nuestro país. Es este sentido manifestó: “invito a participar con ellas de un rico intercambio donde la tolerancia, la solidaridad, la comprensión y el aporte en comunión, son fundamentales para acoger la salvación en Cristo Jesús que el buen Padre Dios nos ofrece a todos, en la comunidad de los fieles”.
Por su parte, el Obispo de Villarrica expresó que acudir en este importante aniversario al Santuario El Niño Dios de Sotaquí “después de décadas es conmovedor. Mi última visita fue hace aproximadamente 50 años, cuando era solo un niño, sin comprender la profunda devoción que Sotaquí profesa al Niño Dios. La procesión revela la ferviente fe y emoción que embarga a quienes participan. Año tras año, la afluencia de peregrinos crece, reflejando un amor inquebrantable hacia el Niño Dios de Sotaquí y la Virgen del Carmen. Es admirable presenciar los bailes religiosos que, a pesar del intenso sol, ofrecen danzas y música esta celebración“.
En esta ocasión se hizo un sentido homenaje a la Sra. María Stegmeier, por parte del párroco y la comunidad, agradeciendo su incansable servicio al Santuario, a los peregrinos, como también su gran corresponsabilidad en la labor evangelizadora de la parroquia.
Así reza el texto del Galvano Recordatorio: “En el 150° Aniversario de la presencia de El Niño Dios de Sotaquí en el pueblo, el párroco, Pbro. Juan Alvarado Elgueta, junto al Consejo Pastoral Parroquial y a la comunidad eclesial, agradece a Dios el gran servicio apostólico de la señora María Stegmeier. Su alegría en la entrega generosa y fervor al manifestar su fe inquebrantable en El Niño Dios de Sotaquí, como su amor a la Virgen Santa, es para todos un gran motivo de inspiración”.
La Sra. María, agradeció con emoción el presente: “Cada acción que he emprendido en nombre del Niño Dios de Sotaquí a lo largo de los años ha estado impregnada de un amor profundo, fe inquebrantable y devoción sincera. Cada esfuerzo ha sido guiado por el deseo de honrar y servir con el corazón”.
Después de la Eucaristía principal, se realizó la acostumbrada procesión por las calles céntricas del pueblo, donde centenares de peregrino agradecieron a El Niño Dios de Sotaquí y la Virgen del Carmen por los favores concedidos.
Carlos Alberto Galleguillos, proveniente de La Serena, detalló que: “Ser partícipe de esta Fiesta Grande 2024 fue una experiencia que llenó mi corazón de fe y amor. Sentir la devoción palpable de la comunidad, unida en la celebración de El Niño Dios de Sotaquí, fue conmovedor para mí y mi familia”.
Por su parte Andrés Mery Milla, nativo de Sotaquí, agregó: “La fe en El Niño Dios se ve reflejada en cada rostro y gesto de los peregrinos. Me invadía la emoción al ver cómo la comunidad se entregaba por completo a esta celebración. La Fiesta Grande de Sotaquí no es solo una tradición, sino un encuentro renovador”.