14º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Maravilla, estupor, escándalo, rechazo
La fama de Jesús se extendía por toda Galilea. Entonces volvió a su pueblo, Genesaret. Podemos imaginar el recibimiento a quien se había ido joven, desconocido y regresaba famoso. Cuando se supo que iba a la sinagoga, se juntó todo el pueblo. Allí comenzó a enseñar entre sus familiares y conocidos. Todos estaban asombrados de su sabiduría. No podían menos que maravillarse.
Sin embargo, de la maravilla pasaron al estupor: ¿Cómo era posible? No había realizado estudios especiales ni había frecuentado los círculos del saber. ¿Quién creía ser ese joven artesano que se ganaba el pan con el trabajo cotidiano? Todos conocíamos la familia y no tenía nada de especial.
En consecuencia sobrevino el escándalo: no podían aceptarlo como maestro, con capacidad de enseñarles y sanar sus enfermedades del cuerpo y del alma. Así que terminaron oponiéndose. Por todo comentario, Jesús, dijo: “Un profeta es rechazado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”, y se alejó dejándolos incrédulos.
Los prejuicios reinaban en aquel tiempo, y señorean también en la sociedad de hoy. A veces, son una potente voz interior que impide valorar a la persona amiga que nos da un buen consejo. Otras veces, ocultan la capacidad de nuestros padres, de nuestros maestros, de nuestros abuelos. A menudo, se convierten en el impedimento que quiebra la misión de un sacerdote o laico que, por ser muy conocido, es descalificado.
¿Por qué a los buenos médicos y predicadores, a los buenos sacerdotes y especialistas, los vamos a buscar muy lejos, y de lejos vienen a buscarlos entre nosotros?
El prejuicio no nos deja ver a los profetas, como los paisanos de Jesús rechazaron al Mesías. Puede ser una venda que cubre nuestros ojos y nos impide ver las maravillosas personas con que Dios adornó el camino de nuestra vida.
Un profeta es despreciado solo en su pueblo, en su familia y en su casa (Mc 6, 1-6).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Celebremos nuestra eucaristía dominical alabando a Dios, porque él se nos manifiesta cercano, perteneciente a una familia de nuestra población. A nosotros nos queda reconocerlo y creer en él.
1ª LECTURA Ez 2, 2-5
Guía: El profeta Ezequiel cumple la misión que Dios le ha encomendado, sin mirar el éxito porque sabe que Dios está con él.
Lectura de la profecía de Ezequiel.
Un espíritu entró en mí y me hizo permanecer de pie, y yo escuché al que me hablaba. Él me dijo: Hijo de hombre, Yo te envío a los israelitas, a un pueblo de rebeldes que se han rebelado contra mí; ellos y sus padres se han sublevado contra mí hasta el día de hoy. Son hombres obstinados y de corazón endurecido aquellos a los que Yo te envío, para que les digas: «Así habla el Señor». Y sea que escuchen o se nieguen a hacerlo porque son un pueblo rebelde, sabrán que hay un profeta en medio de ellos. Palabra de Dios.
SALMO Sal 122, 1-4
R. Nuestros ojos miran al Señor, hasta que se apiade de nosotros.
Levanto mis ojos hacia ti, que habitas en el cielo. R.
Como los ojos de los servidores están fijos en las manos de su señor y los ojos de la servidora en las manos de su dueña: así miran nuestros ojos al Señor, nuestro Dios, hasta que se apiade de nosotros. R.
¡Ten piedad, Señor, ten piedad de nosotros, porque estamos hartos de desprecios! Nuestra alma está saturada de la burla de los arrogantes, del desprecio de los orgullosos. R.
2ª LECTURA 2Cor 12, 7-10
Guía: En las duras pruebas que él padece, con energía Pablo declara que en ellas, mejor aún, se revela el poder de Cristo.
Lectura de la segunda carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto. ?? Hermanos: Para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere. Tres veces pedí al Señor que me librara, pero Él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo. Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte. Palabra de Dios.
ALELUIA
Aleluia. El Espíritu del Señor está sobre mí; Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres. Aleluia.
EVANGELIO Mc 6, 1-6
Guía: Jesús no es bien recibido como Hijo de Dios en su propio pueblo. A estos les cuesta creer porque conocen a su familia y profesión. Nadie es profeta en su tierra.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: «¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es ésa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?» Y Jesús era para ellos un motivo de escándalo. Por eso les dijo: «Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa». Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de sanar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y Él se asombraba de su falta de fe. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con el pan y el vino, presentamos el don de lo que somos. Ambos al ser transformados en eucaristía alimentarán nuestra fe para que lo reconozcamos en la vida cotidiana.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Nos acercamos a comulgar de Jesús eucaristía, alimento para perseverar en el camino de la fe y del compromiso con nuestros semejantes.
DESPEDIDA
Guía: Habiendo reconocido al Señor, en la Palabra escuchada y la eucaristía celebrada, ahora salimos a anunciarlo porque él camina a nuestro lado.