1° de Cuaresma. Morado.
No se canta ni se dice: Gloria. Credo. Prefacio Propio.
40 días de desierto
Hoy no es fácil entender el significado de las tentaciones de Jesús en el desierto. Algunos datos de la Biblia nos pueden ayudar.
En aquel entonces se pensaba que una persona moría verdaderamente 40 días después de expirar. En la Biblia, el número 40 indica un paso a una nueva etapa o un período muy importante. Los grandes reyes de Israel, Saúl, David y Salomón reinaron 40 años. El diluvio duró 40 días. Jonás predicó 40 días antes de la destrucción de Nínive, Moisés fue llamado a los 40 años de edad y permaneció 40 días en el Sinaí. El pueblo elegido vivió en el desierto 40 años. Jesús predicó 40 meses, después de resucitar se apareció a los suyos por 40 días antes de la ascensión, permaneció en el sepulcro 40 horas.
Este número señala el tiempo necesario para una transformación o para que algo en ciernes llegue a la perfección. Es nuestra Cuaresma de 40 días antes de la Pascua, que tenemos a disposición para preparar la venida del Señor a nuestra vida.
El Señor espera que imitemos su marcha y estadía por el desierto: sabernos privar, aprender a dominarnos, iluminar nuestra vida con su palabra, discernir los acontecimientos a la luz de la voluntad de Dios, salir de nosotros mismos, vencer las tentaciones aprendiendo que son la oportunidad preciosa que Dios nos da para vernos libres de todo vínculo.
Hoy vivimos con anestésicos para nuestras ansiedades, tranquilizantes para dormir y estimulantes para estar con pilas durante el día, gotitas para calmarnos, cigarrillos para bajar las tensiones. No podemos vivir sin el celular, la radio y la televisión. El silencio es insoportable…
La Cuaresma es un desierto, para estar solos, en silencio y desnudos ante Dios… Así nos presentaremos a él un día… Será para nuestra Pascua del cielo. Ahora es para la Pascua dentro de 40 días.
“Jesús, fue conducido por el Espíritu al desierto, fue tentado durante cuarenta días” (Lc 4, 1).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Nos disponemos a participar de la Palabra y de la Eucaristía del Primer domingo de Adviento. Y nos encontraremos hoy con Jesús que también fue tentado, aunque no cayera en el pecado. Su triunfo ante el mal es nuestra mejor ventaja para no caer tan fácilmente en las cadenas del mal.
1ª LECTURA Deut 26, 1-2. 4-10
Guía: Moisés instruye al pueblo para que reconozca que todo viene del Señor. Dios siempre tomó la iniciativa, en su odisea, y fue él el que los acompañó para pasar del camino de la esclavitud al de la libertad.
Lectura del libro del Deuteronomio.
Moisés habló al pueblo diciendo: Cuando entres en la tierra que el Señor, tu Dios, te da en herencia, cuando tomes posesión de ella y te establezcas allí, recogerás las primicias de todos los frutos que extraigas de la tierra que te da el Señor, tu Dios, las pondrás en una canasta, y las llevarás al lugar elegido por el Señor, tu Dios, para constituirlo morada de su Nombre. El sacerdote tomará la canasta que tú le entregues, la depositará ante el altar, y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios: “Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura servidumbre. Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y Él escuchó nuestra voz. Él vio nuestra miseria, nuestro cansancio y nuestra opresión, y nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, de signos y prodigios. Él nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. Por eso ofrezco ahora las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me diste”. Tu depositarás las primicias ante el Señor, tu Dios, y te postrarás delante de Él. Palabra de Dios.
SALMO Sal 90, 1-2. 10-15
R. En el peligro, Señor, estás conmigo.
Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, di al Señor: “Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío”. R.
No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, porque Él te encomendó a sus ángeles para que te cuiden en todos tus caminos. R.
Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. R.
“Él se entregó a mí, por eso, Yo lo libraré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; me invocará, y Yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré”. R.
2ª LECTURA Rom 10, 5-13
Guía: San Pablo invita a considerar que si la sola Ley antes alcanzaba para obtener la justificación, desde ahora en más somos salvados por la fe en Cristo Jesús.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Roma.
Hermanos: Moisés escribe acerca de la justicia que proviene de la Ley: “El hombre que la practique, vivirá por ella”. En cambio, la justicia que proviene de la fe habla así: “No digas en tu corazón: ¿quién subirá al cielo?”, esto es, para hacer descender a Cristo. O bien: “¿quién descenderá al Abismo?”, esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos. Pero ¿qué es lo que dice acerca de la justicia de la fe? “La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón”, es decir, la palabra de la fe que nosotros predicamos. Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. Así lo afirma la Escritura: “El que cree en Él, no quedará confundido”. Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. Ya que “todo el que invoque el nombre del Señor se salvará”. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN Mt 4, 4
El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO Lc 4, 1-13
Guía: Antes de comenzar su vida pública, Jesús va al desierto para comunicarse a solas con su Padre, pero allí es tentado por el Maligno. Su fortaleza para no caer en sus manos, es nuestro camino para vencer las tentaciones que nos pueden acechar.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: “Si Tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”. Pero Jesús le respondió: “Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan”. Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si Tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a Él solo rendirás culto”. Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si Tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Él dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”. Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de Él, hasta el momento oportuno. Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Ponemos sobre el altar la ofrenda de nuestra vida, sabiendo que el Padre nos dará la fuerza para superar todas las pruebas.
PREPARACIÓN PARA LA COMUNIÓN
Guía: Nos acercamos a recibir a Jesús eucarístico que alimenta nuestra fe y amor, con la viva esperanza de superar las pruebas que se nos presentan en la vida.
DESPEDIDA
Guía: Nos despedimos confiados, como Jesús, que venceremos todos los males y las tentaciones que enfrentaremos durante esta semana, siendo por ello testigos de la alegría del evangelio a nuestros cercanos y vecinos.