Por René Rebolledo Salinas, arzobispo de La Serena.
En el 7° domingo de Pascua, la comunidad cristiana celebra uno de los grandes misterios en la vida del Señor: su admirable Ascensión a los cielos. Siendo uno de los acontecimientos fundamentales en la vida de Jesús, lo es también para sus discípulos misioneros, los de la primera hora, aquellos de todos los tiempos, evidentemente también para nosotros, hoy. A partir de este domingo, los fieles comienzan a prepararse más intensamente para la gran solemnidad de Pentecostés, culminación de la Pascua, a celebrar el próximo domingo 19 de mayo, Dios mediante.
Los textos bíblicos previstos para la Ascensión son los siguientes: La primera lectura de los Hechos de los Apóstoles 1, 1-11; el Salmo responsorial corresponde el 46, 2-3. 6-9; la segunda lectura de la Carta a los Efesios 1, 17-23 y el santo Evangelio de Marcos 16, 15-20.
El Evangelio da cuenta del último encuentro del Señor Resucitado con sus discípulos, ocasión en que los envía en misión, misma de la Iglesia hasta el final de los tiempos: “Vayan por todo el mundo proclamando la Buena Noticia a toda la humanidad” (v 15). Destaca Marcos las palabras de Jesús sobre la importancia de la fe y del bautismo para la salvación: “Quien crea y se bautice se salvará; quien no crea se condenará” (v 16).
En un solo verso presenta el evangelista el gran misterio de la Ascensión del Señor: “El Señor Jesús, después de hablar con ellos, fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios” (v 19).
Contemplamos agradecidos este gran misterio en la vida de nuestro Señor. Sabemos que Él está “a la derecha de Dios” y, como se afirma en otros pasajes bíblicos, “está a la derecha de Dios e intercede por nosotros” (Rom 8, 34). En efecto, contamos con su presencia como se trasluce del texto en relación a los apóstoles: “Ellos salieron a predicar por todas partes, y el Señor los asistía y confirmaba la Palabra con las señales que la acompañaban” (v 20).
Invito a tener presente en este domingo a los catequistas, quienes ayer celebraron su día, el Día del Catequista; en esta ocasión a nivel arquidiocesano, dado que el 2023 correspondió por vicarías y el 2025, en cada parroquia, Dios mediante. Les agradecemos por su presencia, servicio eclesial y gran generosidad en la transmisión de la fe a niños, adolescentes, jóvenes y adultos. Que el Señor los bendiga junto a sus apreciadas familias.
Este domingo 12 corresponde también en nuestro país la 58° Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales. El 24 de enero pasado el Santo Padre Francisco envió a la Iglesia su Mensaje con ocasión de esta importante jornada, titulado: “Inteligencia artificial y sabiduría del corazón para una comunicación plenamente humana”. En la imposibilidad de transcribirlo o presentarlo -aunque fuere en una síntesis- invito cordialmente a su lectura, bajo la siguiente dirección electrónica: https://tinyurl.com/53u8cwt7
En esta ocasión manifiesto también gratitud a cuantos sirven en los medios de comunicación social bajo la responsabilidad del Arzobispado. Ante todo, a la Comisión Arquidiocesana Pastoral de Comunicaciones, a la organización Comunicadores Parroquiales, a Radio San Bartolomé y sus filiales, como también a otros medios presentes en la Región, que nos colaboran generosamente en la transmisión de nuestros programas apoyando las iniciativas al respecto.
Deseo a todos las bendiciones de la solemnidad de la Ascensión del Señor y la fortaleza que nos brinda saber que Él está en el cielo e intercede por nosotros.