Enero, mes de vacaciones. Bruno y Delfina programaron con mucha anticipación su salida a la costa. Un sencillo lugar al norte que les gusta, “Las cabañas al mar”, a un paso de la playa. Se juntaban en la quincena casi con las mismas personas, con las cuales compartían en la fogata historias, vivencias y la infaltable guitarra de Guillermo. Los cantos recorrían repertorio pasado y algunas nuevas canciones.
Hace unos años, llegaron a este lugar por el azar. Después de un día de playa, al anochecer, se sentaron únicamente a tomarse un café y encendieron la fogata los dos solos. Al rato se arrimó Guillermo con su guitarra. Se sentó junto a ellos y empezó a tocar unas viejas canciones y los tres cantaron, en un dos por tres. A la noche siguiente se agregó un par de personas más, lo que se hizo parte de las actividades familiares: juntarse alrededor de la fogata.
Delfina les contaba a sus amigas de sus vacaciones y lo bien que lo pasaban. Ese año, formaron un grupo de dos familias más con sus niños. Llegaron después de un largo viaje, se instalaron, y salieron a recorrer la playa y alrededores. Los niños felices corrían en la playa, lo que era de esperar, pues venían del sur, un lugar hermoso de clima de lluvia, y ahora estaban en uno asoleado, de buenos chaparrones y temperaturas frescas al anochecer.
La segunda noche se juntaron en la fogata a cantar. Guillermo se dirigió al grupo y les dijo. “por lo visto no todos cantan, haremos un bloque de poesía, máximo 4 estrofas, para que se atrevan, ¿a quién le gustaría partir?” “Yo”, dijo una abuelita con entusiasmo.
–Mi vida fue siembra, a veces rígida como metal.
Mis pasos lentos y mi mente audaz.
Contenta estoy con mi salud mental.
Los aplausos resonaron. Los brindis en el cristal de las copas y tazas de café. Se paró un joven, y dijo: “con Martina llevamos poco tiempo de casados…”:
–Hoy nadie se casa, el desarrollo profesional deja de lado a los posibles hijos
Hoy partimos con alegría y esperanza sin duda habrá dolor
El ayer nos unió para siempre y eso no hay duda, es fijo
Solo quiero que el mañana lo esencial, sea el amor
“Yo”, dijo un hombre:
-¿Cómo eso que quieres volar? Son sueños de nunca alcanzar
Alguno se reirá de ti, para que tu sueño no se haga realidad
Te dije que es imposible volar y tus sueños realizar
Vuela, parte ya, te espero en el cielo azul y tú sueño se hará verdad
Las brasas en la fogata fueron disminuyendo. Algunos rostros pensativos, tal vez con algo pendiente. Volvieron los cantos, algunas pallas y anécdotas. Bruno con sus amigos se fue a las cabañas, una vez que los más pequeños se acostaron, se juntaron con algo caliente y dulce traído del sur, para compartir.
La conversación se fue dando, sin nada preparado. El tema que se hizo más complejo fue el aceptar a otros. Algunos comentarios: “claro como Guillermo toca la guitarra y canta bien se cree el dueño de todo”, ¡otro!: “la abuela! ¿salud mental? ¿que? De que habla”, otro: “el joven anda declarando su amor esas son cosas personales, eso de los sueños na que ver trabajo y familia y punto.” Defina y Bruno se miraron. “Este es el momento”, pensaron.
“Amigos” -dijo Bruno-, “todos tienen razón y a la vez están equivocados. Los procesos cognitivos básicos como la percepción y la atención nos dan una mirada de las personas muy superficial. Según Vygotsky, hay una relación estrecha entre el lenguaje y el pensamiento, el discurso tiene variables, que nos pueden distanciar de las personas, sin evidencia”.
Delfina tomó su taza de té y dijo: “en las relaciones personales debemos considerar las causas de los conflictos”. Bruno asistió lo dicho por Delfina y comentó las diferencias personales a tener en consideración, para no entrar en conflictos: “sexo, edad, raza, creencias, cómo las personas ven la realidad, intereses personales, cómo se hacen las cosas, principios, valores, los roles, dificultad en la comunicación, el papel de las emociones en tu estado de ánimo, historia personal, disponibilidad de compresión(empatía)”.
Bruno miró a los presentes. Un silencio. Carlo tomó una copa y dijo: “brindo por las causas de los conflictos que nos alejan de los que queremos y de las personas cercanas y con perjuicio de las mas lejanas”. “Buena, buena”, fue el eco, “salud”, con vino sureño, te o café.
El día de playa fue fenomenal, los niños incansables, juegos de castillos, juegos de paletas. Luego el almuerzo, con pescado y mariscos de la zona. “Un manjar”, fue el comentario.
Los críticos de ayer, se tomaron de los manos juntos a sus hijos, y leyeron a una voz:
-Una guitarra, una fogata, y los amigos con emoción
No importa los peros, tu edad sexo o razón
La noche con la hermosa luna, aquí la vida se hizo canción.
Fin de las vacaciones inolvidables. Despedida con abrazos. “Hasta el próximo año, amigos”.
1 Comment
Interesante y hermoso mensaje. La empatía, comprensión y respeto se deja ver en este lindo escrito. Felicitaciones al autor !!!!