Este jueves 22 de junio, en la Casa Central de la Universidad Católica, Ayuda a la Iglesia que Sufre Chile junto al Centro UC Derecho y Religión y al académico Sergio Micco, presentaron el Informe de Libertad Religiosa 2023. Una exhaustiva investigación que incluyó 162 países y que mostró que en un tercio de ellos no se respeta la libertad religiosa, lo que afecta al 62,5% de la población mundial. Es decir, más de la mitad de las personas del mundo no pueden practicar libremente su fe. Una cifra alarmante y más aún si se considerada que ha experimentado un sostenido aumento desde la primera vez que se realizó este informe en 1992.
El derecho humano fundamental a la libertad de pensamiento, conciencia y religión se viola en uno de cada tres países (31%), es decir, en 61 de 196 naciones. En total, casi 4.900 millones de personas, es decir, el 62% de la población mundial, viven en países donde la libertad religiosa está fuertemente restringida. El Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo (RFR por sus siglas en inglés) 2023, publicado el 22 de junio por la fundación Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), subraya la aceleración de las amenazas y tendencias contra este derecho, revelando que la persecución por motivos de fe ha empeorado en general, y la impunidad ha aumentado.
El estudio abarca el período comprendido entre enero de 2021 y diciembre de 2022, y es el único informe no gubernamental que analiza el cumplimiento, y las violaciones en todo el mundo para todas las religiones, del derecho recogido en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El informe constata que la discriminación y la persecución son claramente perceptibles en 61 países, y que en 49 de ellos es el gobierno el que persigue o incluso asesina a sus propios ciudadanos por motivos religiosos sin apenas reacción de la comunidad internacional. Incluso las comunidades religiosas mayoritarias están ahora amenazadas.
Según el mapa del Informe, 28 Estados están marcados en rojo como “hot countries” (que indican persecución), lo que denota los lugares más peligrosos del mundo para practicar libremente la religión, y 33 están marcados en naranja, lo que indica altos niveles de discriminación. En 47 de estos países la situación ha empeorado desde la publicación del último informe, mientras que las cosas sólo han mejorado, en términos de libertad religiosa, en nueve de ellos.
Una de las principales conclusiones del informe de ACN es que las comunidades religiosas minoritarias se encuentran en una situación cada vez más grave, y en algunos casos se enfrentan a la amenaza de la extinción debido a una combinación de terrorismo, ataques contra su patrimonio cultural y medidas más sutiles como la proliferación de leyes anticonversión, la manipulación de las normas electorales y las restricciones financieras. Sin embargo, también hay casos de comunidades religiosas mayoritarias perseguidas, como en Nicaragua y Nigeria.
En los dos últimos años, el informe también constata el aumento global del poder y el alcance de gobiernos autoritarios y líderes fundamentalistas que pretenden ejercer un poder ilimitado y están celosos y temerosos de la autoridad espiritual y la capacidad de movilización de las comunidades religiosas. Esto tiene un fatídico efecto sobre la libertad religiosa. La impunidad se ha convertido en una constante en todo el mundo, y en 36 países (18%) los agresores rara vez o nunca son procesados por sus crímenes.
El silencio de la comunidad internacional contribuye a esta cultura de la impunidad de regímenes considerados estratégicamente importantes para Occidente, como China e India, que acaban por no ser objeto de sanciones internacionales ni de ninguna otra consecuencia por sus violaciones de la libertad religiosa. Lo mismo ocurre con países como Nigeria y Pakistán.
Un ejemplo de estos regímenes opresores, según el Informe, es Nicaragua, que por primera vez fue incluido en la lista de países con los niveles más altos de violaciones de la libertad religiosa.
África sigue siendo el continente más violento, con un aumento de los atentados yihadistas que hace aún más alarmante la situación de la libertad religiosa. Casi la mitad de los “hot countries” del mapa del Informe, es decir, 13 de 28, se encuentran en África. La concentración de actividad yihadista es especialmente evidente en la región del Sahel, en torno al lago Chad, Mozambique y Somalia, y se está extendiendo a los países vecinos, muchos de los cuales permanecen en observación, tras haber sufrido atentados islamistas en sus fronteras.
China y Corea del Norte siguen siendo los dos países de Asia con el peor historial de violaciones de los derechos humanos, incluida la libertad religiosa, ya que el Estado ejerce un control totalitario mediante la vigilancia y medidas extremas de represión contra la población.
El Informe también presta especial atención a India, donde los niveles de persecución han ido en aumento, con la imposición de un peligroso nacionalismo etnorreligioso que perjudica a las minorías religiosas. En 12 de los 28 estados de la India se han aprobado, o se están estudiando, leyes anticonversión, que conllevan penas de hasta 10 años de cárcel. Además, estas leyes incluyen beneficios económicos para quienes se conviertan o vuelvan a la religión mayoritaria.
Los incidentes de conversión religiosa forzada, secuestros y violencia sexual (incluida la esclavitud sexual) no han disminuido durante el periodo de dos años examinado. De hecho, siguen siendo ignorados en gran medida por las fuerzas del orden locales, como ocurre en Pakistán, donde las jóvenes cristianas e hindúes son a menudo secuestradas y sometidas a matrimonios forzados. Además de la flagrante violación de sus derechos humanos, incluida la libertad religiosa, estas prácticas también tienen el efecto de limitar el crecimiento de sus comunidades religiosas.
El Informe también pone de relieve las graves crisis internas que se están produciendo en las comunidades musulmanas de todo el mundo. Por un lado, muchos jóvenes musulmanes siguen sintiéndose atraídos por las redes terroristas islamistas, pero por otro, especialmente en Oriente Medio, hay signos de una secularización generalizada. En Irán, por ejemplo, hay encuestas que indican que el 47% de la población afirmaba no tener ninguna afiliación religiosa y sólo el 32% se identificaba como chií durante la reciente “revolución del hiyab” de las mujeres iraníes.
El Informe llama la atención sobre la preocupación por los crecientes límites a la libertad de pensamiento, conciencia y religión en los países que pertenecen a la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). En los dos últimos años se ha pasado de un clima de “persecución educada” hacia quienes quieren vivir y expresar abiertamente su fe a otro de “cultura de la cancelación” y “discurso forzado”, con una fuerte presión social para ajustarse a las tendencias ideológicas del momento.
Como nota positiva, el informe señala un aumento de las iniciativas de diálogo interreligioso y el alegre retorno a las celebraciones religiosas sin restricciones en muchos países tras los cierres de COVID 19.
Regina Lynch, recientemente nombrada presidenta ejecutiva de ACN Internacional, explica que el principal objetivo de este informe es “motivar a la gente para que se implique y ayude a quienes sufren persecución religiosa a través de la oración, compartiendo información, hablando en favor de las víctimas, implicando a los políticos y manteniéndose informada sobre la realidad sobre el terreno en diferentes partes del mundo”.
“El Informe de ACN sobre la Libertad Religiosa en el Mundo pretende recopilar información y ofrecer un análisis sobre el abuso de este derecho humano fundamental en todo el mundo. Es una herramienta. La herramienta es tan buena como aquellos que la utilizan, la comparten con otros y trabajan para lograr un cambio“, afirmó Lynch.
Puedes ver el informe completo en https://acninternational.org/religiousfreedomreport/es
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