BEATO SANTIAGO ALBERIONE: Apóstol de la Biblia en las manos de la gente
Beato Santiago Alberione, apóstol de la Biblia
Un hilo: una vida: Tal vez en la vida realizamos tan sólo lo que hemos soñado profundament
e. En pocos hombres eso fue tan verdadero, como en el padre Santiago Alberione (1884 – 1971), beatificado por Juan Pablo II, en el 2003. Conocido en la Iglesia como el profeta de la comunicación social y el fundador de la FAMILIA PAULINA –10 instituciones que aspiran a “ser san Pablo vivo hoy”– se descubre, en su larga existencia, un hilo conductor que le da sentido a todas sus obras: el amor a la Palabra de Dios, el deseo de hacer llegar la Santa Biblia posiblemente a todo el mundo o, por lo menos, al mayor número de personas, con todos los medios moderno de difusión.
A partir de la necesidad: Siendo aún seminarista, en una larga vigilia de oración, en la noche que abría el siglo XX, se siente “obligado a servir a la Iglesia y a los hombres del nuevo siglo” y que la Eucaristía y el Evangelio” serían los soportes indispensables de su futura actividad apostólica. Conocía bien los documentos del papa León XIII que impulsaban la lectura y al estudio de la Biblia. Sabía de la preocupación del papa Pío X que los católicos no tenían bases firmes porque les faltaba el alimento de la Eucaristía y de la Biblia. Así, por divina inspiración, saltó al ruedo para responder a esa necesidad. La lectura de la Carta a los Romanos de san Pablo lo reforzó en esa tarea. Y pasa a la acción, fundando en 1914, la SOCIEDAD DE SAN PABLO que tiene “en el centro de su misión la Biblia”.
Comenzar de a poco, paso, a paso: Y comenzó con el Evangelio “que por ese entonces tan sólo algunas personas, y raramente lo leían” (Testamento Espiritual nº 139) De inmediato captó tres cosas urgentes: que el texto del Evangelio penetrase en todas las familias; que fuese modelo e inspirador de todas las ediciones católicas; y que le se le diese el debido culto… (Testamento Espiritual nº 139-143). Comienza de a poco: para que la gente pudiese adquirir el texto, a precio módico, lanza sucesivamente ediciones de diferentes tiradas, pero exitosas. Esto lo estimula a más. En 1924, funda la Sociedad Bíblica (SOBICAIN), para asegurar el seguimiento de la obra; en 1927, lanza la Biblia de la Familia, para leerse en el hogar, tomando en cuenta a los niños y a los jóvenes.
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