El encuentro de presbiterio del martes 4 de julio fue preparado por la Vicaría Pastoral en torno al diaconado permanente.
Se contempló un programa que dio una visión general sobre “esta vocación en la Iglesia y las dimensiones de su espiritualidad”, tema que afrontó el vicario general y párroco en Tongoy, Pbro. Cristian Montenegro Díaz. Fue el diácono permanente Marcos Rojas -integrante de la Comisión Nacional para el Diaconado Permanente- quien reflexionó acerca del “Diaconado a Nivel Nacional. Realidad y Desafíos”. Por su parte, el Pbro. José Luís Flores Moyano, director de la Escuela “San Lorenzo” para el Diaconado Permanente, y párroco de “San Isidro” en Coquimbo, realizó una memoria agradecida de este ministerio en la Arquidiócesis, hermoso recuerdo de cómo los Arzobispos han potenciado esta vocación, la evolución que ha experimentado en cuanto a número, cómo se ha afrontado su formación y otros particulares de especial relevancia.
Después de una valiosa reflexión en comunidades pequeñas, fue el arzobispo René Rebolledo Salinas quien concluyó manifestando gratitud a Dios por la presencia de un número significativo de diáconos permanentes en la Arquidiócesis, por sus familias y corresponsabilidad que manifiestan al asumir los oficios que la Iglesia les encomienda. En particular, agradece la bendición de haber conferido el ministerio al diácono que ocupa el puesto 100 en la nómina de los ordenados en la Arquidiócesis. Solicitó a los sacerdotes gran cercanía y comunión con ellos, sus esposas y familias. Los animó a encontrarse periódicamente con los que sirven en sus respectivas parroquias, encuentros en los cuales se puede -en palabras del Arzobispo – orar con ellos, reflexionar sobre un aspecto de la formación continua y compartir juntos la misión en la parroquia, incluida la distribución de las responsabilidades de cada cual en el espacio de la semana.
Gran contento han manifestado los sacerdotes por la oportunidad de dedicar espacio a la reflexión sobre este ministerio en la Iglesia.
El Pbro. Cristian Montenegro, quien fungió además como orador reflexionó: “Este encuentro ha sido bastante provechoso, destacar además la participación del presbiterio, tanto en sus intervenciones, como en las reflexiones que en esta instancia se han emanado con respecto al diaconado permanente y nuestro andar pastoral en la Arquidiócesis, enmarcado en la sinodalidad. Es importante y valiosa la labor pastoral que hacen los diáconos. Hay que considerar los nuevos desafíos de la Iglesia en estos tiempos, instancias que son parte de nuestra vida de fe y hacer una lectura que permita fortalecer la formación para el ministerio que viene a ser parte activa en nuestra Iglesia, caminando junto a las comunidades”.
Por su parte, el Pbro. José Luís Flores se demostró contento con el encuentro y destacó la labor que desde la escuela se realiza colaborando en pro de su óptima formación, a fin de que puedan asumir las responsabilidades que se les confíen en la Arquidiócesis: “Como escuela tenemos una nueva estructura que contempla objetivos, cursos y programas para cada una de las dimensiones que van acorde a las exigencias de estos tiempos. Se ha estado trabajando varios años en ello, corresponde ahora poner en práctica y ver los frutos que se cosecharán a partir de estas nuevas generaciones de diáconos permanentes que proveerá la Escuela a la Arquidiócesis. Es necesario que los nuevos diáconos sean ordenados después de recibir una formación integral que les permita abordar las necesidades básicas en la parroquia. Esto toma vital importancia debido a la complejidad en estos tiempos con respecto a las vocaciones”.
Finalizó el encuentro con varias propuestas recogidas por el Vicario Pastoral, las cuales serán discernidas y estudiadas para implementar las que correspondan.