Leccionario Santoral: 1Cor 2, 1-10; Sal 36, 3-6. 30-31; Lc 14, 25-33.
LECTURA Ecli 48, 1-4. 9-11
Lectura del libro del Eclesiástico.
Surgió como un fuego el profeta Elías, su palabra quemaba como una antorcha. Él atrajo el hambre sobre ellos y con su celo los diezmó. Por la palabra del Señor, cerró el cielo, y también hizo caer tres veces fuego de lo alto. ¡Qué glorioso te hiciste, Elías, con tus prodigios! ¿Quién puede jactarse de ser igual a ti? Tú fuiste arrebatado en un torbellino de fuego en un carro con caballos de fuego. De ti está escrito que en los castigos futuros aplacarás la ira antes que estalle, para hacer volver el corazón de los padres hacia los hijos y restablecer las tribus de Jacob. ¡Felices los que te verán y los que se durmieron en el amor, porque también nosotros poseeremos la vida! Palabra de Dios.
Comentario: Al igual que en una controversia, el Señor recuerda a su pueblo, por medio del Profeta, todo lo acontecido y le manifiesta lo que está por acontecer. Las llamadas de atención y reproches del Profeta son signos del amor compasivo, pero también “correctivo”, de Dios. Sin embargo, pese a las infidelidades de Israel, el Señor no lo abandona a su suerte.
SALMO Sal 79, 2-3. 15-16. 18-19
R. ¡Restáuranos, Señor, y seremos salvados!
Escucha, Pastor de Israel, Tú que tienes el trono sobre los querubines, resplandece, reafirma tu poder y ven a salvarnos. R.
Vuélvete, Señor de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid, la cepa que plantó tu mano, el retoño que Tú hiciste vigoroso. R.
Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que Tú fortaleciste, y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre. R.
ALELUIA Lc 3, 4. 6
Aleluia. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la Salvación de Dios. Aleluia.
EVANGELIO Mt 17, 10-13
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Los discípulos preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero debe venir Elías?». Él respondió: «Sí, Elías debe venir a poner en orden todas las cosas; pero les aseguro que Elías ya ha venido, y no lo han reconocido, sino que hicieron con él lo que quisieron. Así también harán padecer al Hijo del hombre». Los discípulos comprendieron entonces que Jesús se refería a Juan el Bautista. Palabra del Señor.
Comentario: Jesús identifica la persona de Elías con el Bautista, pero ambos no fueron reconocidos. Sin embargo, el plan de Dios se cumple siempre y Jesús deberá padecer, al igual que sus predecesores, el adagio que dice “nadie es buen profeta en su propia tierra”. El gran desafío que tenemos como creyentes es ser creíbles allí donde más duele y cuesta, comenzando por “nuestra propia casa”.