El emperador Tiberio se ha retirado a la isla de Capri, cansado de la politiquería y las intrigas de Roma. Sin embargo, hasta allá llegan los rumores que difunden sus enemigos para desprestigiarlo y que lo obligan a tomar acción en su contra. Recibe también noticias de la lejana provincia de Judea, a cargo del gobernador Poncio Pilatos, quien, según los reportes, no es capaz de controlar a la población local.
Tiberio, preocupado, recurre a su hombre de confianza, el tribuno Suetonio, historiador y poeta, a quien le encarga viajar a Palestina para elaborar un detallado informe sobre las revueltas que promueve el grupo nacionalista que se hace llamar zelote, así como verificar, en terreno, la validez de las decisiones políticas que ha tomado Pilatos. Es una misión aparentemente sencilla, pero que lentamente va tomando otro cariz cuando, intrigado por el relato que escucha de su esclava samaritana Raquel, Suetonio comienza a sentir curiosidad por las enseñanzas de un profeta local que ofrece a sus seguidores un agua capaz de calmar la sed para siempre. Más aún cuando escucha que fue ejecutado hace pocos meses y que de él solo existe una pintura de su rostro, de la que nadie conoce su paradero. Así, a grandes rasgos, comienza El retrato secreto de Jesús de Nazaret, una novela histórica que lleva al lector a emprender un viaje hacia el corazón del mensaje de Cristo, junto a un protagonista que buscará incansablemente la verdad que hay detrás de la enigmática figura de este galileo. Aun cuando esa verdad cuestione todo en lo que ha creído hasta ese momento.
Suetonio se pone en marcha junto a su lugarteniente Glauco, el filósofo griego Aristeo y la esclava Raquel. Ya en Palestina, comienza a intuir el profundo sentido religioso del pueblo judío, mientras va recabando información que le permite entender las diferencias entre fariseos, saduceos, esenios y zelotes. De este modo, va construyendo –y relatando al lector- los aspectos más significativos de la historia, la cultura y la política de la sociedad judía del momento. Y en cada paso del camino va encontrando la sombra del Galileo: distintos personajes le relatan lo que escucharon, vieron y compartieron con Jesús de Nazaret, de quien le desconciertan sus ideas respecto al amor por los enemigos y la construcción de un Reino para todos.
Suetonio se hace las mismas interrogantes que cualquiera podría hacerse al ir conociendo la historia de este profeta: ¿qué es lo que en realidad buscaba?, ¿por qué en vez de convertirse en un líder político y militar prefiere llevar su mensaje a los pobres y desposeídos?, ¿qué es este Reino del que tanto predica? Son preguntas que solo será capaz de responder a través de sus diálogos con personajes como Zaqueo, Andrés, Lázaro, Leví Alfeo, Marta, María Magdalena, Juan, Pedro, Nicodemo, José de Arimatea, Pilatos y su esposa Claudia Prócula. Suetonio escucha los testimonios, analiza las pruebas y reflexiona acerca de cada pedazo de información que reúne, hasta construir un perfil humano y espiritual de Jesús. Lentamente, comienza a abrazar en su corazón la gran verdad que descubre en el Nazareno: Jesús ha venido a este mundo a traer un mensaje de paz, amor y esperanza, porque hay más felicidad en dar que recibir.
En los caminos de Palestina, un hombre curtido por la guerra y la política, criado en un ambiente donde todos luchan por el poder, ve cómo todas sus creencias tambalean y son reemplazadas por algo nuevo, que transforma su vida. Cada palabra que escucha lo lleva a sentir la paz y el amor que hacían falta en su vida, y que lo harán transformar su existencia.
De este modo, la búsqueda de un retrato se transforma en un viaje de descubrimiento y crecimiento personal, que todos debemos transitar si queremos tener la presencia de Cristo en nuestras vidas, porque el único Retrato secreto de Jesús de Nazaret que existe es aquel que somos capaces de construir y llevar en nuestros corazones.
Acerca del autor: Pedro Miguel Lamet ha publicado cuarenta y ocho libros de muy diversos géneros, desde la poesía a la novela, pasando por la biografía, la historia, el ensayo y el periodismo. Además de director del semanario Vida Nueva y columnista de diversos periódicos, emisores y revistas, fue profesor de Estética y Cinematografía en varias universidades y ha obtenido ocho premios periodísticos y literarios.
Rodrigo Miranda Sánchez