Por medio de estas oraciones, el autor nos invita a adentrarnos en los corazones de Jesús y de María, para pedirles que ellos nos sanen de esas raíces negativas que impiden una verdadera concordia y armonía con nuestros prójimos.
También oraremos implorándole a Dios que nos libere de todo odio ancestral y de todos los comportamientos equivocados y, así, podamos crecer y fortalecer el amor de unos por otros.