El lema del Santo Padre Francisco procede de las homilías de san Beda el venerable, quien, comentando la vocación de san mateo, escribe: Vio Jesús a un publicano, y como le miro con sentimiento de amor y le elegido, le dijo: sígueme.
Esta homilía es un homenaje a la misericordia divina y tiene un significado particular en la vida y en el itinerario espiritual del Papa.
En efecto, en la fiesta de san Mateo del año 1953, el joven Jorge Bergoglio experimento, a la edad de 17 años, de un modo del todo particular, la presencia amorosa de Dios en su vida. Después de una confesión, sintió su corazón tocado y advirtió la llegado de la misericordia de Dios, que, con mirada de tierno amor, lo llamada a la vida religiosa a ejemplo de san Ignacio de Loyola.