Este libro está destinado a los catequistas y a aquellos que están considerando serlo, para mostrarles que se están embarcando en algo significativo, útil, necesario no sólo para los demás, sino también para ellos, personal y espiritualmente. La autora identifica a los catequistas como ministros y define el ministerio como “hacer algo en público, para la venida del Reino de Dios, a favor de la comunidad“.