Nadie creería que envejecer puede llegar a convertirse en un arte. Sin embargo, si nos liberamos de los prejuicios que limitan nuestra arraigada concepción de la ancianidad, podemos descubrir que, en realidad, se puede vivir de manera sublime esta etapa de nuestra vida.
Anselm Grün, que ya transita los 60 y se considera un “joven anciano”, orienta a los lectores acerca de la manera de practicar este bello arte de envejecer. Su libro explora los aspectos fundamentales de la ancianidad y descubre rasgos de ella, que generalmente pasan inadvertidos.
Quien quiera aprender el arte de envejecer deberá practicar las virtudes propias de la vejez, pero siguiendo su camino personal, con la enfermedad, con las experiencias de pérdida, el desprendimiento que comportan los años… Quien aprende a transitar este camino con agradecimiento, paciencia, mansedumbre y serenidad, será bendecido con una vida renovada en su vejez.