¡Sufrir a manos llenas, he aquí el misterio de la existencia humana! Sufrimiento que, por cierto, nadie ha indicado, ni convocado, pero que está ahí, como una sombra a nuestro lado. ¿Cuándo se ausentara? Sin duda que cuando el mismo hombre se ausente; sólo entonces. Mientras tanto, ¿qué hacer con el sufrimiento? ¿Cómo mitigarlo? ¿Cómo transformarlo en nuestro compañero de viaje y peregrinación?