“Poco después de la conversión de Francisco, junto con algunas hermanas que el Señor me había dado luego de mi propia conversión, le prometí obediencia voluntariamente… y, moviendo a piedad, Francisco se obligó a tener, por sí mismo y por medio de su religión, cuidado diligente y solicitud especial por nosotros lo mismo que por sus hermanos. Y así, donde el Señor nos multiplico de San Damián para morar allí, donde el Señor nos multiplicó en poco tiempo, por su misericordia y gracia”. Así recuerda Clara el origen de la segunda orden franciscana, cuyo octavo centenario de la segunda orden franciscana, se cumplió en 2012. En este volumen el autor, reconocido estudioso franciscano, reconstruye la vida de clara y su lucha por la fidelidad a Francisco y a la común inspiración.