Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule (UCM) en Curicó.
Para adultos la búsqueda de la felicidad es constante, entendida como llevar una vida alejada de contrariedades económicas y/o conflictos. Pero hay un grupo humano de menor edad que entiende la felicidad de una manera mucho más simple, de forma más natural, basada en el disfrute, hacer lo que les gusta, divierte con pequeñas cosas, reírse, sentir la vida a través del juego, y principalmente en compañía de su círculo familiar y amigos cercanos.
Quien tiene hijos pequeños piensan a diario en su felicidad, por ello es importante fomentar y priorizar su bienestar, ya que es fundamental para su desarrollo y para su futura vida de adultos; recuerde que no se puede enseñar a ser feliz, pero sí se pueden realizar actividades y manifestar actitudes que les hagan sentirse bien, amados, para ello se sugiere a modo de ejemplo: