Semana 30ª durante el año. Semana 2ª del Salterio.
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Éfeso.
Ustedes ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los santos y miembros de la familia de Dios. Ustedes están edificados sobre los apóstoles y los profetas, que son los cimientos, mientras que la piedra angular es el mismo Jesucristo. En él, todo el edificio, bien trabado, va creciendo para constituir un templo santo en el Señor. En él, también ustedes son incorporados al edificio, para llegar a ser una morada de Dios en el Espíritu. Palabra de Dios.
Comentario: San Pablo enseña en un contexto dividido y separado por una barrera inquebrantable de prejuicios y discriminaciones. Los judíos consideraban a los paganos como los impuros y alejados de Dios. A su vez, los paganos decían de los judíos que eran animales insociables. A partir de estas divisiones y prejuicios, el Apóstol los instruye para que sean un solo cuerpo y familia, que es la Iglesia: lugar para la nueva humanidad.
R. Resuena su eco por toda la tierra.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de sus manos: un día transmite al otro este mensaje y las noches se van dando la noticia. R.
Sin hablar, sin pronunciar palabra, sin que se escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los confines del mundo. R.
Aleluia. ¡A ti, Dios, te alabamos y cantamos! ¡A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles! Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas.
Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. Palabra del Señor.
Comentario: El número “doce” tiene un valor simbólico, puesto que alude a las doce tribus de Israel y que ahora Jesús busca conformar un “nuevo pueblo” desde su persona. El llamado de Jesús a los Doce es la confirmación del proyecto de Dios y por eso les da el poder no solo para anunciar la “Buena Noticia”, sino también para sanar a los enfermos y expulsar a los demonios.