LECTURA Éx 12, 37-42
Lectura del libro del Éxodo.
Los israelitas partieron de Ramsés en dirección a Sucot. Eran unos seiscientos mil hombres de a pie, sin contar sus familias. Con ellos iba también una multitud heterogénea, y una gran cantidad de ganado mayor y menor. Como la masa que habían traído de Egipto no había fermentado, hicieron con ella galletas ácimas. Al ser expulsados de Egipto no pudieron demorarse ni preparar provisiones para el camino. Los israelitas estuvieron en Egipto cuatrocientos treinta años. Y el día en que se cumplían esos cuatrocientos treinta años, todos los ejércitos de Israel salieron de Egipto. El Señor veló durante aquella noche, para hacerlos salir de Egipto. Por eso, todos los israelitas deberán velar esa misma noche en honor del Señor, a lo largo de las generaciones. Palabra de Dios.
Comentario: El relato describe la salida del pueblo de Israel desde Egipto. Quizás puedan sorprender las cifras, pero, para su mayor comprensión, estas reflejan la conciencia de que era todo el pueblo de Israel el que buscaba y quería la liberación. Lo importante de este episodio es que el pueblo de Israel toma conciencia de su “identidad” como pueblo, de la tarea que incumbe alcanzar la libertad y de la presencia de Dios en esa búsqueda.
SALMO Sal 135, 1. 23-24. 10-15
Den gracias al Señor, porque es bueno,
R. ¡porque es eterno su amor!
Al que en nuestra humillación se acordó de nosotros,
R. ¡porque es eterno su amor!
Y nos libró de nuestros opresores,
R. ¡porque es eterno su amor!
Al que hirió a los primogénitos de Egipto,
R. ¡porque es eterno su amor!
Y sacó de allí a su pueblo,
R. ¡porque es eterno su amor!
Con mano fuerte y brazo poderoso,
R. ¡porque es eterno su amor!
Al que abrió en dos partes el Mar Rojo,
R. ¡porque es eterno su amor!
Al que hizo pasar por el medio a Israel,
R. ¡porque es eterno su amor!
Y hundió en el Mar Rojo al Faraón con sus tropas,
R. ¡porque es eterno su amor!
ALELUIA 2Cor 5, 19
Aleluia. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, confiándonos la palabra de la reconciliación. Aleluia.
EVANGELIO Mt 12, 14-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Los fariseos se confabularon para buscar la forma de acabar con Jesús. Al enterarse de esto, Jesús se alejó de allí. Grandes multitudes lo siguieron, y los sanó a todos. Pero Él les ordenó severamente que no lo dieran a conocer, para que se cumpliera lo anunciado por el profeta Isaías: «Éste es mi servidor, a quien elegí, mi muy querido, en quien tengo puesta mi predilección. Derramaré mi Espíritu sobre Él y anunciará la justicia a las naciones. No discutirá ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas. No quebrará la caña doblada y no apagará la mecha humeante, hasta que haga triunfar la justicia; y las naciones pondrán la esperanza en su Nombre». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús, por sus dichos y enseñanzas, comienza a ser una molestia para las autoridades políticas y religiosas de su época. Su misión dará la justicia, que es la verdad que corresponde al don del Espíritu que Dios Padre puso en él. En su obra de mesianismo universal, Jesús no tendrá una enseñanza ostentosa ni gritará al modo llamativo oriental en las plazas públicas. No será obra de disputa acalorada ni alboroto. Su método será persuasivo y no buscará su propia gloria.