Leccionario Santoral: Cant 8, 6–7; Sal 148, 1–2. 11–14; Lc 10, 38–42.
Prefacio de Santas Vírgenes.
LECTURA 1Rey 11, 4–13
Lectura del primer libro de los Reyes.
En la vejez de Salomón, sus mujeres le desviaron el corazón hacia otros dioses, y su corazón ya no perteneció íntegramente al Señor, su Dios, como el de su padre David. Salomón fue detrás de Astarté, la diosa de los sidonios, y detrás de Milcóm, el abominable ídolo de los amonitas. Él hizo lo que es malo a los ojos del Señor, y no siguió plenamente al Señor, como lo había hecho su padre David. Fue entonces cuando Salomón erigió, sobre la montaña que está al este de Jerusalén, un lugar alto dedicado a Quemós, el abominable ídolo de Moab, y a Milcóm, el ídolo de los amonitas. Y lo mismo hizo para todas sus mujeres extranjeras, que quemaban incienso y ofrecían sacrificios a sus dioses. El Señor se indignó contra Salomón, porque su corazón se había apartado de Él, el Dios de Israel, que se le había aparecido dos veces y le había prohibido ir detrás de otros dioses. Pero Salomón no observó lo que le había mandado el Señor. Entonces el Señor dijo a Salomón: «Porque has obrado así y no has observado mi Alianza ni los preceptos que Yo te prescribí, voy a arrancarte el reino y se lo daré a uno de tus servidores. Sin embargo, no lo haré mientras tú vivas, por consideración a tu padre David: se lo arrancaré de las manos a tu hijo. Pero no le arrancaré todo el reino, sino que le daré a tu hijo una tribu, por consideración a mi servidor David y a Jerusalén, la que Yo elegí». Palabra de Dios.
Comentario: El gran pecado de Salomón fue el haberse vinculado con mujeres cuyos dioses no eran precisamente el de la Alianza. Pero no solo la idolatría amenazó el reinado de Salomón sino también la secularización de la teocracia, es decir, en vez de vivir pendientes de la fe en el Señor, los reyes depositaban su confianza en el ámbito militar y en la política exterior o alianzas y no en Dios.
SALMO Sal 105, 3–4. 35–37. 40
R. ¡Acuérdate de mí, Señor!
¡Felices los que proceden con rectitud, los que practican la justicia en todo tiempo! Acuérdate de mí, Señor, por el amor que tienes a tu pueblo; visítame con tu salvación. R.
Nuestros padres se mezclaron con los paganos e imitaron sus costumbres; rindieron culto a sus ídolos, que fueron para ellos una trampa. R.
Sacrificaron en honor de los demonios a sus hijos y a sus hijas; por eso el Señor se indignó contra su pueblo y abominó de su herencia. R.
ALELUIA Sant 1, 21
Aleluia. Reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Aleluia.
EVANGELIO Mc 7, 24–30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de Él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. Él le respondió: «Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros». Pero ella le respondió: «Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos». Entonces Él le dijo: «A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija». Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio. Palabra del Señor.
Comentario: El Reino de Dios no es el monopolio de unos pocos y la actividad de Jesús llega hasta tierras paganas. En el lugar, la fe de una mujer cananea lo confirma, pues su actitud y fe no deja indiferente a Jesús. Así, la mujer sirofenicia es acogida por el Señor, descubriendo que la Palabra de Jesús y su fe han devuelto la vida de su hija.