Lectura del libro del Eclesiástico.
La sabiduría encumbra a sus hijos y cuida de aquellos que la buscan. El que la ama, ama la vida, y los que la buscan ardientemente serán colmados de gozo. El que la posee heredará la gloria, y dondequiera que vaya, el Señor lo bendecirá. Los que la sirven rinden culto al Santo y los que la aman son amados por el Señor. El que la escucha juzgará a las naciones y el que le presta atención habitará seguro. El que confía en ella la recibirá en herencia y sus descendientes también la poseerán. Al comienzo, ella lo conducirá por un camino sinuoso, le infundirá temor y estremecimiento y lo hará sufrir con su disciplina, hasta que tenga confianza en él y lo haya probado con sus exigencias. Después, volverá a él por el camino recto, lo alegrará y le revelará sus secretos. Si él se desvía, ella lo abandonará y lo dejará librado a su propia caída. Palabra de Dios.
Comentario: El Autor enseña que la sabiduría divina encumbra al hombre y lo encamina hacia él. Además, esta se autorrevela como auténtico camino de realización humana y subraya los beneficios prácticos para quien la aplica: sensatez, instrucción, vida, alegría y bendición de Dios.
R. ¡Tu ley es mi alegría, Señor!
Los que aman tu ley gozan de una gran paz, nada los hace tropezar. Yo observo tus mandamientos y tus prescripciones, porque Tú conoces todos mis caminos. R.
Que mis labios expresen tu alabanza, porque me has enseñado tus preceptos. Que mi lengua se haga eco de tu promesa, porque todos tus mandamientos son justos. R.
Yo ansío tu salvación, Señor, y tu ley es toda mi alegría. Que yo viva y pueda alabarte, y que tu justicia venga en mi ayuda. R.
Aleluia. «Yo soy el Camino, y la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí», dice el Señor. Aleluia.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Juan le dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros». Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros». Palabra del Señor.
Comentario: Jesús reprocha la actitud de su discípulo por celos misioneros y creerse como los únicos depositarios del anuncio del Reino. En este sentido, el Señor aclara que la universalidad del evangelio no es solo con relación a los destinatarios sino también recae sobre sus agentes. Por tanto, la tarea de “hacer el bien” no es exclusividad de unos pocos o privilegiados sino de todo aquel que se identifica con la causa del Reino.