“Si al salir de misa estás igual que como entraste, algo no funciona”, comienza diciendo Francisco en el Video del Papa del mes de julio. En su nueva intención de oración, el Santo Padre invita a poner la Eucaristía en el centro de nuestras vidas. Nos anima a mirar esta celebración no como una obligación ritual, sino más bien como un encuentro con Jesús resucitado, pues “la Eucaristía es la presencia de Jesús”, que es “profundamente transformadora”. En esta línea, el Pontífice insiste que “es Cristo quien se ofrece, quien se da por nosotros”, lo cual nos debería llevar a “que nuestra vida se alimente de él y alimente la de nuestros hermanos”.
Esto es lo que le sucede a los protagonistas del video de este mes: tres fieles que -al final de la Misa- llevan la Eucaristía a sus hermanos necesitados, fuera de la iglesia, devolviendo ese amor y ese don de sí mismos que recibieron en el sacramento. Las escenas de la vida cotidiana están ambientadas en la ciudad estadounidense de Detroit: de hecho, gracias a la ayuda de la Archidiócesis de Detroit, se realizó el Video del Papa de julio. La colaboración no es casual, como explica el arzobispo Allen H. Vigneron: «Estamos profundamente agradecidos por esta oportunidad de apoyar a nuestro Santo Padre y la iniciativa de El Video del Papa. En particular, nos sentimos honrados de producir este video sobre la Eucaristía. El momento es providencial, ya que nuestra archidiócesis y todas las diócesis de los Estados Unidos están comprometidas en un renacimiento eucarístico para restaurar la comprensión y la devoción a Jesucristo en el Santísimo Sacramento. Rezamos para que este video sirva como una convincente invitación a todos nosotros en la Iglesia universal para encontrar a Jesús y darle gracias por el precioso don de sí mismo en la Eucaristía».
En este Video del Papa, Francisco explica “la lógica de la Eucaristía”, una que “nos da el valor de salir al encuentro, salir de nosotros mismos y abrirnos con amor a los demás”. Así también lo había indicado en un Ángelus de junio de 2021, cuando puso de manifiesto que Jesús, “en la culminación de su vida, no reparte pan en abundancia para alimentar a las multitudes, sino que se parte a sí mismo en la cena de la Pascua con los discípulos”. De alguna manera, siguió diciendo Francisco, Jesús nos muestra que “el objetivo de la vida es el donarse, que lo más grande es servir”. Por eso nos anima a encontrarnos con Él en la Eucaristía, porque allí se nos da la capacidad de amar a los demás, de dejarnos transformar por ella.
El P. Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, comentó: “Una vez más, Francisco nos recuerda dónde poner el foco, qué es lo realmente importante en nuestra vida. La Eucaristía es un encuentro con Jesús resucitado, nos dice. Jesucristo desea transformarnos, darnos su capacidad de amar, al servicio de su misión. ¿Cuántas veces reducimos la misa a un ritual, a la homilía del sacerdote o a la comunión? Es a este encuentro personal y comunitario con el Resucitado al cual invita nuestro Movimiento Eucarístico Juvenil (MEJ), rama juvenil de la Red Mundial de Oración del Papa. Cuando nos dejamos transformar por Jesucristo en la Eucaristía, asimilamos su modo de vivir y deseamos compartir su misión de compasión por el mundo. Acompañemos este mes al Santo Padre con esta intención de oración para acercarnos aún más a esta experiencia transformadora”.
Oremos para que los católicos pongan en el centro de su vida la celebración de la Eucaristía, que transforma profundamente las relaciones humanas y abre al encuentro con Dios y con los hermanos.
Papa Francisco – Julio 2023
Si al salir de misa estás igual que como entraste, algo no funciona.
La Eucaristía es la presencia de Jesús, es profundamente transformadora. Jesús viene y te tiene que transformar.
En ella, es Cristo quien se ofrece, quien se da por nosotros, nos invita a que nuestra vida se alimente de él y alimente la de nuestros hermanos.
La celebración de la Eucaristía es un encuentro con Jesús resucitado y, al mismo tiempo, una forma de abrirnos al mundo como Él nos enseñó.
Cada vez que participamos en una Eucaristía, Jesús viene y Jesús nos da la fuerza para amar como Él amó.
Porque nos da el valor de salir al encuentro, salir de nosotros mismos y abrirnos con amor a los demás.
Oremos para que los católicos pongan en el centro de su vida la celebración de la Eucaristía, que transforma las relaciones humanas y abre al encuentro con Dios y con los hermanos.