El Papa Francisco presentó en una ceremonia en el atrio de la basílica de San Pedro la bula que oficializa el gran Jubileo de 2025 y en la que pidió que sea un tiempo de valentía para conseguir dialogar por la paz y que los gobiernos condonen la deuda a los países más pobres.
En la solemne ceremonia ante la Puerta Santa de la basílica de San Pedro, que se abrirá el próximo 24 de diciembre dando inició al Año Santo, el papa entregó a los arciprestes de las basílicas papales en Roma y a los representantes de los obispos del mundo la bula titulada Spes non confundit (La esperanza no defrauda) con la que se anuncia el que será su primer Jubileo ordinario, el que se celebra cada 25 años y en el que invita a realizar gestos de esperanza, deseando que el primero de ellos sea la “paz para el mundo, el cual vuelve a encontrarse sumergido en la tragedia de la guerra“.
“La humanidad, desmemoriada de los dramas del pasado, está sometida a una prueba nueva y difícil cuando ve a muchas poblaciones oprimidas por la brutalidad de la violencia. ¿Qué más les queda a estos pueblos que no hayan sufrido ya? ¿Cómo es posible que su grito desesperado de auxilio no impulse a los responsables de las Naciones a querer poner fin a los numerosos conflictos regionales, conscientes de las consecuencias que puedan derivarse a nivel mundial?“, se lee en la bula.
Y agrega:”¿Es demasiado soñar que las armas callen y dejen de causar destrucción y muerte? Dejemos que el Jubileo nos recuerde que los que trabajan por la paz podrán ser llamados hijos de Dios“.
El Santo Padre señaló también que “la exigencia de paz nos interpela a todos y urge que se lleven a cabo proyectos concretos“.
A los gobiernos del mundo, El Obispo de Roma pidió que en este Año Santo trabajen para “iniciativas que devuelvan la esperanza; formas de amnistía o de condonación de la pena a los presos” e instó a condonar la deuda a los países que nunca la podrán pagar.
También renovó su llamado para que “con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, constituyamos un Fondo mundial, para acabar de una vez con el hambre y para el desarrollo de los países más pobres“.
Además pidió un compromiso para “la abolición de la pena de muerte, recurso que para la fe cristiana es inadmisible y aniquila toda esperanza de perdón y de renovación“.
El Pontífice dirigió “otra invitación apremiante” destinada “a las naciones más ricas, para que reconozcan la gravedad de tantas decisiones tomadas y determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas“.
“Si verdaderamente queremos preparar en el mundo el camino de la paz, esforcémonos por remediar las causas que originan las injusticias, cancelemos las deudas injustas e insolutas y saciemos a los hambrientos“, agregó.
En el documento que el Papa presentó se dispone que la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano, se abra a partir del 24 de diciembre dando inicio así al Jubileo ordinario, mientras que se clausurará el 6 de enero de 2026.
Además el 29 de diciembre de 2024, en todas las catedrales y concatedrales, los obispos diocesanos celebrarán la Eucaristía como apertura solemne del Año jubilar.