En el ángelus, rezado ayer a mediodía con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el papa Francisco recordó la fiesta de los apostóles Pedro y Pablo, subrayando que sobre su fe se funda la Iglesia de Roma, que desde siempre los venera como patronos.
“Hoy Pedro y Pablo regresan idealmente entre nosotros, vuelven a recorrer las calles de esta ciudad, llaman a la puerta de nuestras casas, pero sobre todo de nuestros corazones. Quieren traernos una vez más a Jesús, su amor misericordioso, su consuelo, su paz ¡Nos hace tanta falta! ¡Acojamos su mensaje! ¡Atesoremos su testimonio! La fe escueta y firme de Pedro, el corazón grande y universal de Pablo nos ayudarán a ser cristianos alegres, fieles al Evangelio y abiertos al encuentro con todos”, dijo el Pontífice.
El papa recordó también que ambos eran muy distintos entre sí, pero ambos se convirtieron en anunciadores y testigos del evangelio entre la gente, sellando con el martirio su misión de fe y caridad.