El día de hoy, el papa Francisco autorizó la promulgación de una serie de decretos referentes a milagros, martirios y virtudes heroicas. Dentro de estas últimas, el Santo Padre reconoció las del siervo de Dios Andrés Filomeno García Acosta, “Fray Andresito”, laico profeso español de la Orden de los Frailes Menores, que nació en la isla de Fuerteventura, España, en 1800 y murió en Santiago, el 14 de enero de 1853.
Desde ahora, este sencillo franciscano y limosnero podrá ser llamado venerable. Su historia en nuestro país comenzó en 1839, a donde llega proveniente de Uruguay. La comunidad le encomendó el oficio de limosnero, y su figura pronto se hizo popular en las calles de Santiago. Solidario con los necesitados, visitaba la cárcel y el hospital, y se acercaba a los enfermos llevándoles medicinas preparadas por él mismo. Fray Andresito hizo de su vida un ejemplo de amor al Señor, a quien deseaba servir.
Su vida de oración fue intensa y practicó el amor a la Santísima Virgen María, San Francisco y el Vía Crucis. Los valores de la fe, esperanza y caridad fueron el horizonte de su vida. La noticia de su muerte impactó a la población de la época, acudiendo a su funeral desde los más diversos lugares. Su modelo de seguimiento a Cristo al modo de Francisco de Asís ha permanecido en el tiempo invitando a vivir sencillamente la Palabra de Dios y a seguir el camino de la santidad.