Febrero, por el clima, por costumbre y por muchas otras razones, en nuestro país se ha convertido en sinónimo de vacaciones. Es el mes de las altas temperaturas, de las grandes urbes calmándose del febril movimiento y el comienzo de un éxodo masivo de veraneantes hacia la costa, el campo o la montaña.
Lamentablemente, este año, con cuarentena, restricciones de movilidad y con poca plata, no tenemos el mejor escenario para vacacionar y hacer algo que todos necesitamos urgentemente: cambiar de aire, de paisaje, relajarnos y recuperarnos de todo lo que nos ha pasado, para así enfrentar lo que viene con buena salud física, mental y espiritual.
Pero pongámonos positivos, con buenas vibras, y pensemos que esto ya pasará y que podremos brindarnos una “escapadita”, aunque sea por una semana. Lo merecemos. Eso sí, no olvidemos continuar con las precauciones ya aprendidas: lavarse las manos frecuentemente, usar mascarilla y mantener distancia social.
Febrero trae consigo fechas significativas para nuestra fe: celebramos la Presentación del Señor, junto con la Virgen de la Candelaria; también tenemos la fiesta de la Virgen de Lourdes y el inicio de la Cuaresma con el Miércoles de Ceniza.
Lo más probable es que aún no estemos autorizados para participar en actos masivos, por lo que estas celebraciones las viviremos de manera virtual. No podremos acudir a los santuarios, participar de una procesión ni recibir de manera física las cenizas en nuestra frente.
De igual manera, desde nuestros hogares podremos continuar orando, especialmente por las víctimas del COVID-19, para que el Señor los reciba en su paz y consuele a sus familias, así como también por aquellos que aún están enfermos, para se recuperen pronto y puedan regresar a sus hogares.
Esta Cuaresma pospandemia nos ofrece la oportunidad perfecta para mirar hacia dentro de cada uno y detenernos. Para darnos tiempo de reflexionar y discernir qué es lo más importante en la vida y reevaluar muchas cosas, siendo la principal de ellas estar vivos. Para los que puedan hacerlo, que tengan unos lindos, relajados y restauradores días de vacaciones en familia.
En Jesús, María y Pablo,
El Director