Dra. Sandra Castro Berna, académica de la Escuela de Educación Parvularia de la Universidad Católica del Maule (UCM) en Curicó.
El día 22 marzo se conmemora el Día Mundial del Agua para relevar su importancia para el ser humano y la vida en general, alertarnos sobre la crisis climática que está poniendo en peligro el suministro en el mundo y que aún hay una parte de la población que no se abastece con agua potable.
Cuando niño(a) no se tiene conciencia de lo que implica jugar con agua, solo se deja llevar por lo seductor que resulta y en el placer que provoca. Lo que no sabemos es qué esta oportunidad de juego afianza aprendizajes, permite experimentar sensaciones, estimula la curiosidad y asombro, pero que también necesitamos la orientación del adulto para ir tomando conciencia (en forma progresiva, según la edad) que estas acciones divertidas influyen en la naturaleza.
El comportamiento del adulto como modelo, es primordial para el comportamiento inmediato de los niños(as), la postura ante la vida, las responsabilidades en el cuidado y preservación del medio ambiente, los valores, las acciones positivas, el uso de los recursos naturales, son imitados por ellos hasta asumir sus responsabilidades.
La educación parvularia enfatiza en el trabajo diario con los niños(as) un enfoque de sostenibilidad, clave para favorecer aprendizajes que permitan la comprensión de las potencialidades, oportunidades y riesgos que implica sostener la vida humana en un planeta con recursos limitados.
Guía de los adultos en casa: