Jesús se presenta como el “nuevo” hombre capaz de vencer las tentaciones y confirmar que él es el Mesías esperado. Pero el hecho de ser Hijo de Dios no lo exime de su condición humana. Por eso el Espíritu que recibe en el bautismo es el que lo lleva al desierto donde vence al tentador y confirma su confianza en la providencia divina. El desierto para el pueblo de la Biblia era el lugar de la prueba y de la fidelidad a Dios. Allí se fraguó la confianza en Dios (cf. Éx 34, 28; 1Rey 19, 8). ¿Por qué se retira Jesús al desierto? Para encontrarse consigo mismo, con su identidad y la tradición de su pueblo. Sin duda que es una experiencia que en algún momento hacemos todos, creyentes o no. Aunque puede que algunos pasen toda su vida “buscándose” a sí mismos y nunca logren “encontrarse” con Dios.
Este itinerario de tentaciones para Jesús es una prueba más de que su reinado por este mundo estará exento de honores, privilegios y gloria. Es más, deberá asumir los rasgos insólitos de la debilidad y del sufrimiento, así como también los obstáculos o adversidades que buscan verlo fracasar, es decir, personas o circunstancias que se oponen al proyecto de Dios.
Sin embargo, la confianza y el amor a Dios pudieron más y Jesús fue “asistido por los ángeles”. En efecto, la gracia de Dios actúa, es eficaz y generosa, siempre que el corazón se abra a la verdad, que es Dios. ¿Quién no desea una sincera “conversión”, que nos transforme en personas sanas y llenas del amor de Dios? Es cierto que la conversión es una tarea ardua y, a veces, puede ser un “martirio interior”, pero ceder a las miserias que nos alejan de Dios es dar espacio al “tentador”, que, como buen adversario, nos quiere como un trofeo en su larga lista de “cristianos ateos y sin amor a Dios”.
El Señor vino a destruir el poder del mal y su lucha fue una victoria. Ahora toca a cada creyente resistir al “adversario”, pero confiando siempre en Jesús.
“El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Mc 1, 15).
Fredy Peña Tobar, ssp.