Como es habitual, también este año, el arzobispo René Rebolledo Salinas convocó a los sacerdotes que sirven en esta jurisdicción eclesiástica a un día de reflexión en la Casa de Ejercicios “El Tránsito”. El programa contempló un bello momento de oración, para proseguir con lo que presentara el sacerdote nicaragüense Arturo Zambrano, párroco de la parroquia “San José” de Algarrobito, quien invitó a sus hermanos sacerdotes a “redescubrir la oración”.
Con respecto a ello detalló: “Es importante que en nuestro caminar con Jesucristo y siendo discípulos de Él, podamos en primera instancia interiorizar en la oración, motivados por la frase de los mismos apóstoles “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1). El Papa Francisco nos ha llamado a abordar dos temas fundamentales, redescubrir la importancia de la oración e indagar en verdadera necesidad de la oración. Es importante que nosotros como sacerdotes tengamos esto presente en nuestro caminar junto a las comunidades”.
La segunda intervención estuvo a cargo del arzobispo, quien presentó una síntesis del trabajo que ha venido realizando el Consejo de Presbiterio, sobre los desafíos de la Arquidiócesis para el presente y con vista también a los años venideros.
En ambiente fraternal compartieron los sacerdotes este “su día”. Así lo manifestó el P. Luís Alberto García, quien el próximo 9 de agosto celebrará 44 años de su ordenación sacerdotal: “Este encuentro es una preparación para celebrar lo que Jesús hizo un Jueves Santo, la institución de la Eucaristía y del sacerdocio. Es un tiempo propicio, además, para vivir y renovar esa alianza de amor con el Señor nuestro pastor. Valioso el tema ofrecido por nuestro hermano P. Arturo Zambrano, porque la oración es lo que mueve el corazón y más aún el de un sacerdote. Es el contacto íntimo con el Señor”.
También el P. Jorge Arancibia Mancilla, se manifestó feliz por este encuentro, vivido en fraternidad y hermandad: “Siempre es un agrado compartir en estas instancias de discernimiento porque aprovechamos de fortalecer nuestra amistad y nuestro afecto fraternal”.
A las 18:00 horas, la Comisión Arquidiocesana Pastoral Juvenil Vocacional, guio una oración muy profunda en el templo Catedral, repleto de fieles, para dar paso a la apreciada Misa Crismal en la que una vez más se bendijeron los óleos y se consagró el Crisma.
Finalizó la bella jornada con una convivencia fraterna en al patio del Arzobispado, a la cual fueron invitados todos los participantes en la Misa Crismal, destacándose las delegaciones de las parroquias y comunidades, aún de aquellas más lejanas por distancia física como Combarbalá, Carén, Monte Patria y otras que después de un largo viaje retornaron a sus hogares, pasada la media noche.