32º durante el año. Verde.
Gloria. Credo. Prefacio dominical durante el año.
Inicio del mes de María.
¿Quién es el centro de mi vida?
Jesús veía cómo los ricos ponían muchas monedas en el tesoro del Templo de Jerusalén. Como él, también muchos peregrinos contemplaban a esos piadosos personajes admirando sus grandes limosnas. Todos vieron a la pobre viuda poner sus dos moneditas, tan chiquitas, que ni ruido hicieron. Solo Jesús dijo que ella había dado más que nadie. Donó todo lo que tenía, los demás ponían de lo que les sobraba.
Esos ricos personajes no daban limosnas, sino que invertían para ser admirados. Ellos seguían siendo el centro de sí mismos y daban para su propio beneficio. La viuda daba para agradar a Dios.
Cuando vemos grandes letreros con los nombres de quienes donan para una obra, para una iglesia, para una escuela o centro comunitario, también podemos pensar que invierten en sí mismos, en sus empresas o en su presente y futuro político. Buscan un beneficio por el bien que hacen. Ellos continúan siendo el centro de sí mismos, hasta cuando dan generosamente para obtener un rédito.
Jesús criticaba a los escribas y los fariseos porque hacían muchas cosas para ser admirados: vestiduras, oraciones, actos de piedad en público.
El Señor enseñó que el bien hay que hacerlo siempre bien… El mal se puede hacer de cualquier manera. Cuando rezamos no tenemos que dejarnos ver… Cuando ayunamos no tenemos que poner cara de sufridos… Cuando hacemos una obra de misericordia nuestra mano derecha no tiene que enterarse de lo que hace la izquierda… hasta cuando vemos el mal, no hay razones para condenar a nadie…
Como ejemplo nos puso a nuestro Padre Dios del cielo, que envía la lluvia sobre justos y pecadores. Que nos regaló la presencia de su Hijo porque nos quiere. Que siempre nos perdonó, también cuando nos olvidamos de él porque estamos muy centrados en nosotros mismos.
Esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera… (Mc 12, 43).
P. Aderico Dolzani, ssp.
MOTIVACIÓN DE ENTRADA
Guía: Encontraremos a Jesús observando a los que ingresaban al Templo y dejaban sus limosnas. Y se queda admirando a una pobre viuda que ofreció todo lo que le quedaba para vivir. Otros, en cambio, daban cuánto les sobraba para aparentar amar a Dios, mientras solo se mostraban a sí mismos…
1ª LECTURA 1Rey 17, 8-16
Guía: La providencia divina se manifiesta en el episodio del profeta Elías que escucharemos. Quien da con generosidad y amor es gratificado por Dios con su amor de Padre.
Lectura del primer libro de los Reyes.
La palabra del Señor llegó al profeta Elías en estos términos: «Ve a Sarepta, que pertenece a Sidón, y establécete allí; ahí Yo he ordenado a una viuda que te provea de alimento». Él partió y se fue a Sarepta. Al llegar a la entrada de la ciudad, vio a una viuda que estaba juntando leña. La llamó y le dijo: «Por favor, tráeme en un jarro un poco de agua para beber». Mientras ella lo iba a buscar, la llamó y le dijo: «Tráeme también en la mano un pedazo de pan». Pero ella respondió: «¡Por la vida del Señor, tu Dios! No tengo pan cocido, sino solo un puñado de harina en el tarro y un poco de aceite en el frasco. Apenas recoja un manojo de leña, entraré a preparar un pan para mí y para mi hijo; lo comeremos, y luego moriremos». Elías le dijo: «No temas. Ve a hacer lo que has dicho, pero antes prepárame con eso una pequeña galleta y tráemela; para ti y para tu hijo lo harás después. Porque así habla el Señor, el Dios de Israel: El tarro de harina no se agotará ni el frasco de aceite se vaciará, hasta el día en que el Señor haga llover sobre la superficie del suelo». Ella se fue e hizo lo que le había dicho Elías, y comieron ella, él y su hijo, durante un tiempo. El tarro de harina no se agotó ni se vació el frasco de aceite, conforme a la palabra que había pronunciado el Señor por medio de Elías. Palabra de Dios.
SALMO Sal 145, 6-10
R. ¡Alaba al Señor, alma mía!
El Señor mantiene su fidelidad para siempre, hace justicia a los oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama a los justos y protege a los extranjeros. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda y entorpece el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, reina tu Dios, Sión, a lo largo de las generaciones. R.
2ª LECTURA Heb 9, 24-28
Guía: Cristo se ofreció a sí mismo, por única vez, como víctima por nosotros. Y ahora, por segunda vez, se manifestará a quienes esperamos su salvación.
Lectura de la carta a los Hebreos.
Cristo no entró en un santuario erigido por manos humanas ?simple figura del auténtico Santuario? sino en el cielo, para presentarse delante de Dios en favor nuestro. Y no entró para ofrecerse a sí mismo muchas veces, como lo hace el Sumo Sacerdote que penetra cada año en el Santuario con una sangre que no es la suya. Porque en ese caso, hubiera tenido que padecer muchas veces desde la creación del mundo. En cambio, ahora Él se ha manifestado una sola vez, en la consumación de los tiempos, para abolir el pecado por medio de su Sacrificio. Y así como el destino de los hombres es morir una sola vez, después de lo cual viene el Juicio, así también Cristo, después de haberse ofrecido una sola vez para quitar los pecados de la multitud, aparecerá por segunda vez, ya no en relación con el pecado, sino para salvar a los que lo esperan. Palabra de Dios.
ALELUIA Mt 5, 3
Aleluia. Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluia.
EVANGELIO Mc 12, 38-44
Guía: El evangelio nos muestra que hay que dar desde nuestra pobreza, sin alharacas ni vanidades. Este es el único secreto para experimentar el amor de Dios Padre providente.
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos.
Jesús enseñaba a la multitud: «Cuí-dense de los escribas, a quienes les gusta pasearse con largas vestiduras, ser saludados en las plazas y ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los banquetes; que devoran los bienes de las viudas y fingen hacer largas oraciones. Estos serán juzgados con más severidad». Jesús se sentó frente a la sala del tesoro del Templo y miraba cómo la gente depositaba su limosna. Muchos ricos daban en abundancia. Llegó una viuda de condición humilde y colocó dos pequeñas monedas de cobre. Entonces Él llamó a sus discípulos y les dijo: «Les aseguro que esta pobre viuda ha puesto más que cualquiera de los otros, porque todos han dado de lo que les sobraba, pero ella, de su indigencia, dio todo lo que poseía, todo lo que tenía para vivir». Palabra del Señor.
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS
Guía: Con alegría presentamos nuestras ofrendas para la celebración del banquete eucarístico. Estos dones son un anticipo del convite que tendremos en el Reino de Dios.
PREPARACIÓN A LA COMUNIÓN
Guía: Nos acercamos a recibir a Jesús en la Eucaristía. Es este el mejor regalo que nos hace nuestro Padre para que crezcamos en generosidad, en el servicio a él y a los semejantes.
DESPEDIDA
Guía: El Señor siempre nos pide un poco más de entrega a quienes más sufren. Durante esta semana, intentemos imitar a la viuda que entregó todo lo que tenía para vivir… Este será el mejor fruto de la presente eucarística dominical.