El Señor nos invita hoy a compartir la mesa de la palabra y de la eucaristía. Dispongámonos a celebrar con alegría y provecho esta acción de gracias en compañía con nuestra comunidad.
Reflexionemos un momento sobre la semana transcurrida, y mientras agradecemos al Señor todos los dones que nos ha dado, le pedimos perdón por nuestros pecados, especialmente por las omisiones: del bien que pudimos hacer y no lo hicimos.
LECTURAS BÍBLICAS
Primera lectura: Amós 6, 1.4-7.
Dura invectiva del profeta contra los ricos lujuriosos de su tiempo. Su vida frívola y disipada preludia su ruina y la del pueblo de Israel.
Segunda lectura: 1 Timoteo 6, 11-16.
Pablo exhorta a su discípulo Timoteo a tener una conducta digna de su cargo de pastor, a ejemplo de Jesús.
Evangelio: Lucas 16, 19-31.
Con la parábola del rico epulón y del pobre Lázaro, Jesús retrata para nuestra enseñanza el fin diverso al cual llegan los ricos sin entrañas y el pobre que confía en la misericordia de Dios.
El pan y el vino que ofrecemos, dones en los que Cristo se hará presente, sean signo de nuestra adhesión, incluso en el sufrimiento, a la voluntad de Dios.
En la comunión con Jesús, reflexionamos sobre las palabras de Juan: “En esto hemos reconocido el amor de Dios: Él ha entregado su vida por nosotros, y también nosotros debemos entregarla por nuestros hermanos”.
Cristo ha estado entre nosotros, nos ha alimentado con su palabra, edificado con sus ejemplos y vivificado con su cuerpo y sangre; volvamos a nuestras actividades y compartamos con todos esta alegría.